El avance en las negociaciones para el ingreso en la CEE sigue a ritmo lento por falta de preparación
La situación no parece pues aún dramática. Los progresos, de milimétricos por hora, en el tercer día del maratón negociador no han dado todavía resultados. El ministro español de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, mantenía anoche, al regresar a su lecho, un "sobrio optimismo", pues "hay que mantener la moral de combatir". Morán espera llegar, hoy o mañana, a cerrar agricultura, pesca y asuntos sociales.Para el ministro de Asuntos Exteriores británico Geoffrey Howe, "la negociación ha llegado a su punto crítico". Para el francés Roland Dumas "se puede llegar a un acuerdo a "diez" esta vez, pero no es seguro que se llegue a un acuerdo con España. El secretario de Estado Manuel Marín habló de proseguir hoy, mañana, pasado mañana y más allá.
En cuanto a la agricultura, para Morán "las posiciones son aún distantes pero no tanto como para que la dinámica de la negociación no permita terminar. El embajador español ante la CEE, Gabriel Ferrán pensaba que en esta maratón "puede llegarse a compromisos sobre los grandes temas políticos que decanten la negociación y hagan irreversible el ingreso".
El Presidente del Consejo de Ministros de la CEE, el italiano Giulio Andreotti había desplegado todas sus habilidades. Primero se reunieron los "diez", luego Andreotti recibió a la delegación española presidida por el titular de Exteriores Fernando Morán. Morán pidió un "tiempo muerto" para reflexionar con la delegación española, antes de volver a reunirse con Andreotti para concentrarse sobre le tema pesquero. Poco antes de medianoche Morán abandonaba las reuniones. Los ministros de los "diez" se quedaron a solas y sin un solo experto con un texto escrito en español y con nombres de peces de los que no habían oído hablar en su vida, y con unas cifras cuyo significado desconocían. Y decidieron también irse a dormir. Y esta mañana, se volverá a empezar.
Andreotti quería evitar el que los "diez" presentaran en agricultura, pesca y asuntos sociales una postura rígida a España. En sus idas y venidas, y reuniones confidenciales -"confesiones" con las partes- Andreotti intentaba a la vez un acercamiento de los países de la CEE y de los ibéricos. Así, se decía, la sesión de negociación formal hispano-comunitaria sólo se convocaría cinco minutos después de que se hubiera llegado a la constatación de un acuerdo o fracaso efectivo. "Todos se han confesado pero no todos han hecho su penitencia" señalaba Andreotti, rechazando las demandas de algunos países que pedían una mayor meditación "porque si seguimos meditando nos convertiremos en una orden monástica".
En agricultura también la nueva propuesta de compromiso italiana contenía mejoras. Pero en frutas y hortalizas, la posición de la CEE es "cerrada". Así el desarme arancelario de la CEE para las frutas y hortalizas españolas sería de un 50 % en cuatro años, eliminándose el resto en seis años más. Con este sistema, los cítricos españoles alcanzarían la ventajosa situación de Israel frente a la CEE solo al cabo de cuatro años tras la adhesión y la de Marruecos al sexto año. Pero persiste la penalización de los cítricos y las tasas compensatorias durante 10 años que puede paralizar nuestras exportaciones de vez en cuando.
En productos continentales, los "diez" habían aceptado incluir el queso y el trigo panificable entre los sectores sensibles para España, pero no la leche en polvo. Si la CEE aceptaba la tesis española de que el grado de penetración en España tendría que ser selectivo según los productos, no había acuerdo sobre las cifras.
Tampoco había acuerdo sobre el vino, ya que España rechaza las tesis comunitarias tanto en cuanto a la penalización de nuestras exportaciones como en cuanto a la cuota de producción española de vino de mesa.
En aceite de oliva no había aún postura a "diez", ya que la RFA y otros países rechazaban incluso una moderada aproximación inicial de los precios españoles a los comunitarios mientras no hubiera un acuerdo en la CEE sobre la reforma del régimen del sector, pero Morán cree que "estamos más cerca".
