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Tribuna
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Cárcel

Manuel Vicent

La Dirección General de Instituciones Penitenciarias va a convocar un premio de poesía para reclusos dotado en 700.000 pesetas. El tema es libre, pero se exige como requisito que el poeta está encarcelado. Los barrotes sólo podrán ser traspasados con la inspiración, no hay pases de pernocta y por otra parte se prohíben las blasfemias aunque estén escritas en octavas reales. Las prisiones tienen una gran tradición lírica. Insignes literatos han remado en galeras, dulces trovadores han cantado baladas desde la celda a las tortolicas, algunos rapsodas han recitado odas bellísimas en el potro de la tortura y ciertos estilistas han soltado frases famosas al pie del cadalso. Tal vez la mejor literatura que hoy se fabrica en el mundo está editada en la pared de las mazmorras o en las letrinas de un penal. Mas, por desgracia, cuando a un homicida genial se le incita a participar paternalmente en unos juegos florales sólo se le ocurren ternuras de baja calaña, cantos a la madre, coplas al amor puro, pareados de pueblo. Un feroz asesino puede degollar a una virgencita, pero a la hora de escribir un poema se convierte en un inocente, más bien en un tonto de remate. Ahora los poetas malditos van del brazo de las marquesas y los presidiarios modernos tienen el alma demasiado cándida. No hay nada que hacer.Este premio penitenciario de poesía -tema libre, vate con argollas- que se va a convocar ha agitado las charcas de algunas tertulias literarias. 700.000 pesetas es ya una cantidad que mueve las meninges. En este momento muchos poetas españoles están pensando en cometer un delito que los haga dignos de ir a chirona para poder concursar.

Durante la dictadura no había problema. Verse en la trena era cosa de nada y algunos se encontraban dentro ¿Quién mete hoy a un bardo entre rejas por un soneto? Esa moda ha pasado. Pero algo tendrán que hacer si quieren alcanzar este galardón. ¿Se imaginan ustedes a Gerardo Diego asaltando un banco? ¿0 a Carlos Bousoño navajeando a un compadre? Cada día es más duro ganarse la vida con los versos. El Parnaso está en Carabanchel. Corren tiempos dificiles.

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Sobre la firma

Manuel Vicent
Escritor y periodista. Ganador, entre otros, de los premios de novela Alfaguara y Nadal. Como periodista empezó en el diario 'Madrid' y las revistas 'Hermano Lobo' y 'Triunfo'. Se incorporó a EL PAÍS como cronista parlamentario. Desde entonces ha publicado artículos, crónicas de viajes, reportajes y daguerrotipos de diferentes personalidades.

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