HB califica de mera retórica los documentos institucionales vascos contra el terrorismo

Herri Batasuna (HB) opina que los recientes pronunciamientos del Parlamento y Gobierno vascos contra la violencia sólo demuestran que los partidos que han auspiciado o apoyado esas iniciativas reconocen su "incapacidad para movilizar al pueblo, por lo que tienen que recurrir a la retórica". Por lo demás, Jon Idígoras, miembro de la Mesa Nacional de la coalición abertzak, afirma: "El decálogo presentado no es una cuestión que nos preocupe especialmente, ya que únicamente indica el grado de extrema debilidad política y falta de credibilidad a que han llegado los firmantes".

BilbaoLos dirigentes de HB eludieron, en una conferencia de prensa celebrada ayer en Bilbao, cualquier respuesta directa a los emplazamientos implícitamente dirigidos a la coalición abertzale en las declaraciones de las instituciones vascas, y prefirieron recurrir a la polémica semántica planteando una distinción entre la violencia, "que no es sino la respuesta a un poder establecido que impide recobrar unas libertades", y el terrorismo, "que es la imposición mediante el terror de quienes son incapaces de dar soluciones políticas a los auténticos problemas del pueblo vasco". "La ocupación policial de las ciudades del País Vasco, la represión contra los trabajadores amenazados por el paro: eso es terrorismo para nosotros", abundó Txomin Ziluaga, que en ningún momento se refirió a los recientes atentados de ETA que motivaron las iniciativas del Parlamento y del Gobierno de Euskadi.La declaración del Gobierno vasco es sólo "un gesto grandilocuente para contentar al Gobierno de Madrid, un acto más de servilismo exigido por el pacto con los socialistas", opinó Idígoras. La lógica de la división entre demócratas y violentos que se hace en el documento se basaría, para el dirigente abertzale, "en la artificial identificación entre violencia y disidencia política". Por ello, tales pronunciamientos, lejos de facilitar la normalización, "obstaculizan la búsqueda de soluciones reales a los problemas de Euskadi".

Para Iñaki Aldekoa, es "pretencioso" que el Gobierno de Vitoria "asegure hablar en nombre de todo el pueblo vasco, e incluso se manifieste dispuesto a dirigirlo, cuando yo, ciudadano navarro, al igual que no menos de otros 500.000 vascos, hemos sido excluidos de su ámbito de actuación". La unanimidad de los firmantes del documento del Parlamento autónomo le recuerda a Aldekoa "la que estaba vigente en tiempos de Franco, es decir., la unanimidad que resulta después de haber excluido a los disidentes, en este caso HB".

Para Iñaki Ruiz de Pinedo, miembro también de la mesa nacional, "lo importante no es lo que figura en las declaraciones, sino lo que falta: cualquier referencia a la autodeterminación, la soberanía, la exclusión de Navarra, la crisis económica, es decir, los problemas que están en el origen de la violencia. Se trata por tanto de un paso más en la vía del pacto indigno, del acatamiento servil a los dictados de la oligarquía y el Ejército". El acuerdo sería "un pacto en negativo" ya que, según Ziluaga, los firmantes "son incapaces de proponer nada que sea mínimamente realista en respuesta a la situación actual".