El Parlamento vasco en pleno pide a ETA que abandone las armas y acepte el sistema democrático

El Pleno del Parlamento vasco aprobó ayer por unanimidad una declaración sobre la violencia en la que rechaza la negociación política con ETA y emplaza a esta organización a abandonar definitivamente las armas y a aceptar el sistema democrático. En la misma declaración, la Cámara autónoma solicita al Gobierno vasco que asuma el liderazgo de la desaparición de la violencia y del terrorismo, y convoca a los ciudadanos a asumir sus responsabilidades y a trabajar por la eliminación del fanatismo y de la intolerancia. Tales resoluciones fueron aprobadas en una sesión -trascendental, en opinión de distintos líderes políticos- que sucede al contundente documento sobre la violencia presentado el miércoles pasado por el Gobierno vasco.

José María Benegas, portavoz del PSE-PSOE, afirmó durante su intervención que es la primera vez que su grupo comparte plenamente una declaración del Ejecutivo autónomo."Por fin", dijo Benegas, "las fuerzas democráticas vascas hemos superado nuestra división tradicional; estamos trazando una raya entre los demócratas y quienes pretenden doblegar la voluntad popular por la fuerza de las armas. Hoy podemos decir", añadió, "que frente a las metralletas este pueblo cuenta con el Parlamento y el Gobierno, que ETA está derrotada políticamente y que sus asesinatos no cambiarán el curso de este pueblo".

Los portavoces parlamentarios coincidieron en subrayar que la unanimidad lograda en torno a la declaración de la violencia constituye un hecho más importante, incluso, que los contenidos de las resoluciones aprobadas. La satisfacción por el acuerdo pareció extenderse a la totalidad de los parlamentarios vascos, si bien Euskadiko Ezkerra, en palabras de Mario Onaindía, condicionó el apoyo efectivo de su grupo a la presentación por parte del Gobierno vasco de un plan articulado para el tratamiento de la violencia y alertó del peligro de hacer dejación de las responsabilidades contraídas.

Mario Onaindía anunció que su grupo se opondrá a las soluciones meramente policiales.

Derechos humanos

El portavoz de EE indicó que las soluciones exigen impulsar la comisión de derechos humanos del Parlamento autónomo, la creación de la figura del Defensor del Pueblo vasco, el funcionamiento de la junta de seguridad y el desarrollo estatutario, y, más en concreto, la sustitución por la Ertzantza de las fuerzas de seguridad del Estado existentes en Euskadi.

Jaime Mayor Oreja, portavoz del grupo de Coalición Popular, destacó la necesidad de lograr una unidad de acción contra el terrorismo, y dijo que la falta de unidad mostrada hasta ahora ha sido un balón de oxígeno para aquellos que apoyan la violencia. "La declaración que aprobamos hoy", subrayó, "es el punto de partida, y el éxito o fracaso de este proceso dependerá del nivel de coincidencia que mantengamos los distintos partidos políticos".

"El liderazgo de acción en este proceso", añadió Mayor Oreja, "implica una corresponsabilidad efectiva del Gobierno vasco en la lucha antiterrorista".

José María Benegas inició su intervención indicando que el Gobierno y el Parlamento vascos han asumido por primera vez sus responsabilidades en el terreno de la lucha contra la violencia. "No me duelen prendas", dijo, "en reconocer que la declaración del Gobierno vasco es particularmente significativa, porque demuestra una voluntad política de asumir el liderazgo en la lucha contraterrorista. A partir de ahora", añadió, "ETA debe saber que, a lo sumo, puede aspirar a conseguir la reinserción de sus miembros y su incorporación a la vida democrática. Hemos puesto punto final a una situación de esquizofrenia en la que existían dos poderes en Euskadi: los poderes públicos, de un lado, y ETA, por otro. Por eso, dijo, este acuer do tiene una trascendencia histó rica".

El portavoz del PNV, Íñigo Aguirre, indicó que la declaración del Parlamento no es un hecho concreto ni esporádico, sino el re sultado de una profunda reflexión individual y colectiva que se ha producido ante la persistencia de la violencia, en un ámbito legal caracterizado por la democracia y la autonomía.

Resaltó a lo largo de su intervención el portavoz del PNV que la legitimidad representativa del pueblo vasco reside en el Parlamento y que no existe otra alternativa equivalente ni viable.

"Democracia y violencia", indicó Aguirre, "son incompatibles, es necesario un rearme moral que ponga a la persona por encima de cualquier otro valor y es preciso que devolvamos al pueblo vasco la fe en sus propias fuerzas y, sobre todo, la ilusión por un mañana de paz y libertad".