Suicidio de un vecino de Bilbao, popular por sus protestas cívicas

Juan José López de Viñaspre, uno de los más populares e inquietantes personajes del Bilbao contemporáneo, que llevaba años expresando su protesta contra todo paseando encartelado por las calles de la ciudad, se suicidó el martes lanzándose al vacío desde un puente. Viñaspre fue despedido hace cuatro o cinco años de la empresa Ferrocarriles Vascos, en la que trabajaba como interventor. Desde entonces exhibió su silenciosa protesta, ocasionalmente acompañada de discursos a los viandantes, con la ayuda de carteles y pegatinas adheridos a su indumentaria y a su inseparable paraguas, que desplegaba invariablemente, hiciera frío o calor.Su queja fue haciéndose con el tiempo más universal, incluyendo consignas contra ETA, la burguesía, la OTAN o el armamentismo de los bloques. Su discurso, en absoluto incoherente, tenía la virtud de helar la sonrisa de los ingenuos que se paraban ante él para mofarse de su quijotesca figura y acababan sintiéndose interpelados en lo más vivo por un loco que resultaba bastante cuerdo.

El pasado viernes, un tribunal le había condenado al pago de una multa de 2.000 pesetas como consecuencia de la denuncia contra él presentada por un afiliado nacionalista que le escuchó afirmar que el PNV era cómplice de ETA. Hace un par de meses fue protagonista de un reportaje emitido por el centro regional de Televisión Española en Bilbao en el que exponía, con aplastante lógica, las razones de su protesta así como del método elegido para expresarla. Viñaspre aprovechó la ocasión para tomar el pelo a sus entrevistadores y enternecer a los espectadores con reflexiones llenas de buen sentido y humanidad.

El martes al mediodía, sin desprenderse de sus carteles y pegatinas, se lanzó desde lo alto del puente de la Salve. Falleció en el acto. Tenía 62 años.