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Montserrat Caballé mantiene sus compromisos profesionales para el próximo mes de abril

El médico que la atiende confía en la recuperación a corto plazo de la soprano

El médico de Montserrat Caballé, Manuel Subirana, espira que la soprano pueda reanudar su actividad artística en un plazo breve de tiempo. Subirana reiteró ayer las impresiones del diagnóstico hecho público el martes, según el cual la rinorrea que padece Caballé podría curarse sin recurrir a una intervención quirúrgica. Según el parte médico emitido a las nueve de la noche de ayer, la rinorrea cedió gracias al tratamiento, y la paciente no deherá pasar ningún otro control hasta dentro de unos 10 días. Un representante de la soprano manifestó que Caballé mantiene sus compromisos profesionales del mes de abril.

La agencia que representa a la soprano ha manifestado a este diario que, por el momento, la cantante, de 51 años, ha debido suspender sus actuaciones en el Metropolitan neoyorquino y en el Liceo barcelonés, pero que se mantiene su compromiso de presentarse los días 16, 19, 22, 25 y 28 de abril en el teatro de la Zarzuela de Madrid (con la obra Armide, de Quinault y Gluck) y, posteriormente, acudir al festival de primavera de Praga.La carrera triunfal de la cantante ha estado episódicamente empañada por problemas físicos. En octubre de 1979 fue internada en Barcelona aquejada de flebitis, por lo que tuvo que cancelar una representación de Herodiade en el Metropolitan de Nueva York. Una otitis fue la causa de que en abril de 1981 no pudiera cantar Tosca en Madrid. En enero de 1982 padeció un proceso de infección enterorrenal. Al mes siguiente suspendió una actuación en La Scala de Milán donde debía interpretar Ana Bolena, papel mitificado por la versión que del mismo hizo María Callas. En aquella ocasión se desataron rumores sobre la autenticidad de su dolencia, que fueron desmentidos por la propia cantante, quien negó temer las comparaciones con la Callas. En agosto de 1983, Caballé suspendió un recital en Puerto Rico debido a una traquitis.

Montserrat Caballé sufrió, hace más de un año, en la ópera Estatal de Viena, un percance que en un principio pareció poner en peligro su futuro en el escenario. Finalmente, no supuso más que una nueva suspensión de las varias que la soprano ha protagonizado en su carrera y una breve ausencia, aunque no exenta de polémica por las contradictorias versiones sobre sus causas. El '10 de diciembre de 1983, en el tercer acto de la ópera Andrea Chénier, de Umberto Giordano, la cantante abandonó el escenario, lo que provocó la suspensión del cuarto acto.

Examen de urgencia

Según las primeras informaciones facilitadas por su marido, la cantante se retiró por haber sufrido una crisis cardiaca. Tras un primer examen de urgencia por parte del médico de la Ópera de Viena, Caballé fue trasladada al hotel donde se hospedaba. No obstante las versiones iniciales sobre su gravedad, dos días más tarde emprendía viaje hacia Barcelona, donde su médico negó la versión del fallo cardiaco y aludió a "una variación en la tensión debida a la presión en el trabajo".Este historial médico no ha empañado la trayectoria artística de la soprano ni sus éxitos. Durante este mismo período, Caballé recogió los aplausos en Madrid (Semiramis), en Santander, en la sede de la ONU (octubre de 1983), en el Liceo barcelonés y en un recital en la Casa Blanca.

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