Incursión aérea iraquí sobre Ispahán, ciudad situada a 370 kilómetros de la frontera
Oleadas de aviones de la Fuerza Aérea iraquí se adentraron en la mañana de ayer en territorio de Irán y bombardearon ocho ciudades, entre ellas Tabriz y la ciudad de Ispahán, sita a 370 kilómetros de la frontera. Ésta es la segunda urbe del país y capital simbólica de la revolución islámica iraní.
La incursión, que causó daños limitados, implica sin embargo una grave escalada en la contienda entre Irán e Irak. Un petrolero fue alcanzado por cohetes en el golfo Pérsico, cerca de la isla iraní de Jarq. Irán, por su parte, bombardeó el puerto iraquí de Basora durante 16 horas y varias ciudades fronterizas. El secretario general de la ONU, Javier Pérez de Cuéllar, envió a los beligerantes un mensaje urgente para que pongan fin a los bombardeos.Desde el pasado lunes, 525 personas han muerto y miles más han resultado heridas en Irán, según fuentes oficiales de Teherán. A Irak se atribuye un número similar de víctimas, pero Bagdad no ha dado cifras oficiales. Las zonas fronterizas se han convertido en áreas despobladas de las que sus habitantes huyen hacia parajes fuera del alcance de las bombas.
Grupos de hasta 10 aviones bombarderos protegidos por cazas, protagonizaron la ofensiva aérea iraquí sobre Ispalián y lanzaron sobre la antigua capital persa al menos dos cohetes aire-tierra de gran tonelaje, uno de los cuales cayó junto a un cine. Quince heridos graves fueron rescatados de entre los escombros.
La ciudad, emporio arquitectónico con más de 130 mezquitas y otros tantos palacios, capital imperial y cuna del fundamentalismo shií, es también la que más combatientes ha dado a las filas iraníes. Ispalián es hoy la capital industrial del país por su siderurgia, una de las más importantes de Oriente Próximo, construida por la URSS.
En Ispahán está enclavada la principal base de helicópteros de Irán, así como un complejo secreto de experimentación de armamentos. Por ello, los observadores atribuyen una gran gravedad al ataque. El sábado, la ciudad iraní de Khorramabad, a unos 220 kilómetros de la línea fronteriza irano-iraquí, fue bombardeada. Al menos 120 personas murieron bajo las bombas de gran tonelaje lanzadas por la aviación iraquí.
La artillería pesada iraní, por su parte, mantuvo durante toda la noche del sábado, madrugada y mañana de ayer domingo un intenso bombardeo sobre la ciudad de Basora, el principal puerto de Irak, sobre el estuario del Chatt el Arab. Proyectiles de obuses de 150 milímetros fueron descargados contra innumerables posiciones de la ciudad portuaria, situada tan sólo a unos 25 kilómetros de distancia de las baterías iraníes, sobre el territorio de Irán.
Las autoridades de Bagdad no dieron cifras de víctimas, que se cuentan por decenas. Asimismo, la artillería y la aviación iraquíes bombardearon repetidamente las ciudades iraquíes de Margasur, en el Kurdistán, y la de Suleimaniya.
Otras siete ciudades iraquíes fueron igualmente bombardeadas ayer por la artillería y la aviación iraquí, que causaron durante la jornada al menos 130 muertes, principalmente en la localidad fronteriza de Mariván, donde 80 personas fueron aplastadas por los escombros tras un bombardeo, y en Baneh, en el Kurdistán, donde el pasado mes de junio 300 personas que celebraban una fiesta religiosa perdieron la vida tras una ofensiva artillera.
Los analistas señalan que Irak intenta precipitar, para atajarla, una ofensiva de la infantería iraní sobre el territorio iraquí, que Teherán prepara concienzudamente desde hace meses. Según fuentes diplomáticas, la futura ofensiva terrestre iraní comenzará el 21 de marzo, fecha en la cual los irarlíes conmemoran la festividad de Nowruz, el año nuevo persa. El ayatollah Ruhollah Jomeini, guía de la Revolución islámica de Irán, anunció ayer que su país continuará la "guerra hasta la victoria final, como han gritado las mujeres de las ciudades bombardeadas estos días, con los cuerpos de sus hijos entre los brazos".
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