La 'nueva Campsa' comprará al Estado las reservas estratégicas de petróleo
La denominada 'nueva Campsa', en la que participarán todas las empresas de refino españolas con vistas a la integración en la CEE, tiene previsto adquirir al Patrimonio del Estado las rerservas básicas o estratégicas de productos petrolíferos -que sirven de colchón de seguridad en caso de problemas en el suministro de crudo- a un precio estimado de unos 100.000 millones de pesetas. El pago, que supone un esfuerzo rinanclero adicional para los futuros accionistas de Campsa, se hará con recursos autogenerados, cuando culmine el período transitorio para el sector dado por la Comunidad Económica Europea.
La constitución de la nueva Campsa, empresa llamada a hereder la Compañía Arrendataria del Monopolio de Petróleos, está siendo objeto de negociaciones desde hace un mes entre el presidente del Instituto Nacional de Hidrocarburos (INH), óscar Fanjul, y los presidentes de las empresas españolas de refino, además de José Luis Díaz Fernández, presidente de Campsa.Las conversaciones están centradas, en estos momentos, en la determinación del neto patrimonial de la compañía -precio real que tendrán que pagar los nuevos socios- y en la fórmula y plazos de pago de este precio.
Los cálculos sobre el neto patrimonial se sitúan actualmente en una cifra en torno a los 60.00070.000 millones de pesetas.
Aunque alguna refinería ha avanzado ya en público sus deseos en torno a la fórmula de pago, fuentes solventes indican que existe ya un consenso entre los patrocinadores de la solución Campsa de que la fórmula sea igual para todos, independientemente de la situación de las empresas.
Recursos autogenerados
Otra idea es que el pago se haga con recursos autogenerados por las sociedades, y aquellas que no puedan, que recurran a un endeudamiento propio para cubrir su parte.La preocupación está centrada en qué hará el grupo Explosivos Río Tinto (ERT), en proceso de reestructuración, al que corresponde un pago superior a los 4.000 millones de pesetas.
Si bien esta fase de la operación no parece presentar serias dificultades, en medios próximos al INH y al Ministerio de Industria se ha pensado en la necesidad de completar todo el abanico de acuerdos que supondrá la constitución de la nueva Campsa en lugar de proceder por medio de pasos separados.
Política de dividendos
En otras palabras, el aparente retraso que está experimentando la conclusión de las negociaciones para la constitución de la nueva Campsa se debe al deseo de Industria de cerrar simultánemente las negociaciones para la elaboración de la nueva fórmula de precios exrefinería, es decir, el sistema por el que Campsa paga a las empresas de refino por los productos que entregan.Asimismo, otro problema que se pretende dejar cerrado es la política de dividendos a seguir por la nueva empresa, la de la renumeracion de la red de distribución adquirida al Patrimonio y, por último, la materialización del deseo de traspasar a la nueva compañía las reservas básicas de productos que son propiedad del Estado en estos momentos.
Según fuentes solventes, parece existir un consenso en las negociaciones para instrumentar una fórmula que, con el fin de no hacer más oneroso el proceso de reestructuración de la sociedad, utilice sus recursos autogenerados para este propósito. La idea es pagar un 10% de la reserva de productos (activo circulante) al año, a un coste de unos 10.000 millones anuales.
Reservas
De esta manera, la nueva Campsa limitaría durante un largo período de tiempo la distribución de dividendos. Los beneficios netos de Campsa ascendieron durante el pasado ejercicio de 1984 a unos 10.000 millones de pesetas. Igualmente, utilizaría sus recursos para completar el pago de los productos o existencias básicas.En estos momentos las reservas básicas de crudos y productos son propiedad de las refinerías en lo que respecta al crudo, y al Estado, en cuanto a los productos.
Al 31 de diciembre de 1984, las reservas de productos en manos del Estado -que serán objeto de enajenación- tenían un valor de unos 100.000 millones de pesetas.
Con el paso de estas reservas a la nueva Campsa se persigue agilizar el sistema de seguridad en los suministros y distribución, mejorar la competitividad en la distribución frente a la competencia europea y adaptar el sistema de existencias estratégicas básicas a la normativa comunitaria.
La reordenación de Campsa está experimentando, además, un retraso adicional como consecuencia del deseo del sector público de proceder a la compra de las acciones en manos privadas de Petroliber, aproximadamente un 17%.
Cede la resistencia privada
La resistencia del grupo privado presente en Petroliber parece que está cediendo, y en fechas próximas se anunciará una,oferta pública de adquisición (OPA) de acciones por parte del INH, accionista mayoritario, según han informaro fuentes solventes.Cumplimentado este trámite, se procederá a la fusión por absorción de Petroliber por EMP, y posteriormente se determinará la participación de la nueva sociedad en la futura Campsa.
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