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Tribuna:
Tribuna
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La elipse

5 martesIdus de marzo que el viento trae y lleva en el telegrama del frío. El otro telegrama, el telegrama de Prensa político, es que Felipe González, en Uruguay, inaugurando la democracia montevideana, ha designado irónicamente como su sucesor a Adolfo Suárez. La ultraprensa se pone tarasca. Nadie, por otra parte, le da demasiada importancia a la broma política. "Lo hemos hecho todo juntos", parece que dijo también Felipe. Esto, si bien se piensa, es casi verdad. Suárez hizo el trabajo sucio de sintasolizar el Movimiento. Pero la ultranza ultra, buscándole connotaciones cesáreas a la frase festiva de nuestro presidente, no ha caído, hombre, en lo más sencillo: Suárez (mi personaje favorito, literariamente, en la Comedia Humana de la transición) ha descubierto el socialismo a los 50 años y de duque. El millón de votos que amarra para el futuro, se los meterá en los bolsillos a los socialistas. La mayoría natural del pueblo español, o sea, sigue engordando. Todo esto, tan sencillo, es lo que los analistas de la derecha inteligente no han descifrado en la frase/halago de FG. Hago, hoy martes, esta anotación del domingo. Pero no va a envejecer en una semana. Es lo que en periodismo llamábamos antes, con cierta pedantería profesional, "actualidad permanente". De aquí a las elecciones, las cosas no van a cambiar entre el presidente/cohiba y el protomártir de la Transición/Transubstanciación. La derecha con futuro tenía en Suárez su líder nato, su bisagra histórica. Le hicieron caer en un nido/nudo de víboras a lo François Mauriac y él se fue. Desde entonces, nuestra gran derecha es una marea escorada una leña verde. Entre Freud y Shakespeare, asesinaron al padre/César. Suntuoso regalo para el PSOE. Marzo mueve sus idus en mi dacha.7 jueves

La otra noche nos reunimos en JoylEslava, a puerta cerrada, para celebrar los 80 años de Calvo-Sotelo (Joaquín). Uno le quiere a Joaquín porque Joaquín le quiere a uno. Y por cómo Joaquín ha sabido no utilizar la Historia a su favor. Un colega suyo, William Shakespeare, tampoco la utilizó. El polaco Jan Kott, el mejor estudioso de Shakespeare que ha habido jamás, nos explica que el dramaturgo ignoraba la geografía y la historia de su tiempo y de los anteriores, que pone puertos donde no los hay y confunde Ricardos y Enriques. Pero tenía una teoría general del Poder que no ha sido superada, por escéptica. Giuliana me lo había dicho hace un mes: "Joaquín no sabe nada". Estas gentes de teatro lo llevan todo con intriga. Pero las letras corretonas y luminosas de JoylEslava lo explicaban todo. Había algún académico, pero no intervino. Vizcaíno Casas hizo una amena presentación, de vocalista de los 40. Closas, María Asquerino, Mary Carrillo, Emma Penella, Pellicena (con el que luego ceno hamburguesas), Mari Carmen Prendes, Elvira Noriega y otros cómicos recitaron trozos de Calvo-Sote-lo. Me emocionó la reaparición olvidada, el oro kitsch de Elvira Noriega. Paco Rabal echó sus versos y Giuliana se cantó unos chotis con García-Abril al piano. Chotis que venían a explicar lo bien que vivimos en Madrid (quienes vivimos bien). Leopoldo Calvo-Sotelo, Fernando Morán, los condes de Montarco, me saludan como un poco cansados. Una Fierro me habla de mi crónica Inesita, en este periódico, crónica que se han apropiado los estudiosos alemanes y las señoras del Rastrillo. Me siento en rueda con Tamayo, Peñafiel y Marisa Borbón, más la bella viuda de Tellería. La Fierro: "Ya le he hablado a Polanco de tu crónica, te lo habrá dicho". Hubo chocolate al alba.

9 sábado

Anoche, estreno de La vaquilla, de Berlanga y Azcona. Guerra civil. Con su escritura habitual/ magistral -esperpentismo-, Luis nos da el desorden del bando republicano y la hierofanía perpetua e hipócrita del nacional. La vaquilla, finalmente, es metáfora de una España de todos y de nadie que, en las guerras y en las paces civiles, se comen las aves carroñeras. Berlanga, con los años, no ha perdido, sino que ha ganado velocidad narrativa.

10 domingo

Estefanía de Mónaco se ha quedado en bolas. Los telescopioespectadores dicen que tiene lo mismo que las demás. Están intoxicados de democracia. Yo he advertido, pese a las distancias y los teleobjetivos, que tiene carne de princesa. Sólo los que no saben de carne femenina pueden confundir a Estefanía con Bibí Andersen. A mí no me pasa. Trasantaño, las princesas europeas se distinguían por todo lo que llevaban encima. Ahora se distinguen por no llevar nada, ni encima ni debajo. Cuando el desnudo femenino se ha demagogizado, ya sólo tiene interés y morbo retratar a una princesa en bolas. Un ama de casa desnuda es porno duro. Una princesa desnuda es un cuento de Calleja. La princesa, es la única mujer que puede quitarse la ropa sin quedarse desnuda. Toda una Institución secular la viste. Su carne es atuendaria. Su genealogía es la invisible capa que arrastra. La adorable doña Carmen Romero, retratada por Ulbricht, no podría someterse al test del desnudo. Las primeras o segundas damas democráticas, socialistas o republicanas, no deben quedarse en bolas, porque son carne electoral. Como el mundo es un retorno al origen, que ya me lo dice Pániker, en la actual democratización del desnudo, la heráldica vuelve a aflorar naturalmente en las Grimaldi. Una pequeñoburguesa no tiene derecho a su cuerpo y si lo exhibe queda hortera. Sólo una princesa sigue siendo princesa en bolas. Están hechas de otra carne. Me lo ha dicho Jaime Peñafiel.

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