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La dieta de los canarios, de una calidad superior a la media española

La alimentación del canario es saludable y su dieta ofrece una calidad superior, en determinados aspectos, a la media nacional, según se desprende de un estudio sobre el estado nutritivo de los españoles que ha sido elaborado por el catedrático de Fisiología de la universidad Complutense de Madrid Gregorio Varela Mosquera y los institutos nacionales de Nutrición y Estadística.La cocina de las islas, que es desconocida en el resto del país introduce como principal virtud la utilización en abundancia de verduras, mediante la elaboración de potajes (hervidos de hortalizas) Este producto culinario es, según el citado especialista, superior en contenido nutritivo al caldo gallego, con el que guarda gran semejanza, y un plato esencial en la alimentación de los isleños.

Varela Mosquera considera que es falsa la idea convencional de que el canario come mal. El perfil de su dieta, que ha sido determinada a partir de una encuesta planteada a 800 familias, es similar al del peninsular. Los canarios consumen menos grasa que el resto de los nacionales y su índice de vitaminas B-12 es mejor que el de la media española.

Los habitantes de las islas están sólo siete puntos por encima en los baremos mundiales sobre producción de calorías a partir de las grasas, mientras la media del país rebasa dicha cota en 13 puntos. Esta diferencia se explica probablemente, en opinión del citado fisiólogo, porque en las islas no existe gran predilección por las frituras. De otra parte, se ha detectado que los canarios ingieren mucha leche y ello les reporta un gran depósito de vitamina B-2, que es superior al de la media española.

No obstante, los isleños, como la totalidad de los españoles, despilfarran proteínas. Éste es un mal endémico aplicable a todos los países industrializados. "En España comemos más del doble", afirmó Valera Mosquera.

Los canarios y en general toda la población española presentan un cuadro peligrosamente carencial en vitamina A. Los grupos de gestantes y ancianos corren el riesgo de sufrir, por dicha causa, desnutriciones subclínicas (dificultades para la acomodación de la vista, como deslumbramientos, por ejemplo).

La excesiva preocupación por mantener una buena estética está acarreando en todo el país el riesgo de un escaso consumo de hierro, según se desprende del citado estudio, y ello favorece la aparición de un tipo de anemias. Este problema, que se podría extender a todos los países desarrollados, se presenta de manera preocupante en la Península y en menor medida en Canarias.

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