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Reportaje:

Vicálvaro, de localidad autónoma a barrio desasistido

El equipo de estudiosos formado en Vicálvaro ha recogido documentos a partir de los propios archivos del antiguo Ayuntamiento -Vicálvaro existió como localidad autónoma hasta que fue anexionado a Madrid en 1951-, los archivos de la Biblioteca Nacional, recuerdos de los habitantes más viejos del lugar y documentos encontrados en los sitios más dispares. Los documentos gráfico del pueblo, sus costumbres y sus gentes -una colección de más de 150 fotografías- estaban ya en poder de uno de los miembros del equipo, M. J. Guzón, fotógrafo e hijo de fotógrafo, por cuyo estudio han pasado varias generaciones de vicalvareños.Las horas de paciente lectura en los archivos han corrido a cargo de Lourdes Sánchez y Concepción Murillo, profesoras en paro, con la ayuda del policía municipal Valentín González, que simultanea desde hace meses sus obligaciones como funcionario con su pasión por la pequeña historia.

El libro que elaboren recogerá documentos, planos y testimonios de todos los avatares que han tenido a Vicálvaro como escenario o como protagonista. Se reseña la descripción de la zona en el Paleolítico Medio, del que se han encontrado restos de asentamientos en los alrededores de la antigua fábrica de ladrillo y en el cerro de Almodóvar, donde se han hallado restos correspondientes a los períodos de bronce y hierro de la Edad de los Metales. El nombre del cerro demuestra por sí solo la existencia también de población musulmana años más tarde.

En 1372 ya figura Vicálvaro en el alfoz madrileño, y el primer documento escrito que se conserva, de 1400, narra un pleito entre vecinos por cuestiones de tierra.

Cuando el traslado de la Corte a Madrid, en tiempos de Felipe II, Vicálvaro tiene 200 habitantes, dedicados a la labranza, la fabricación de yeso, del pan y la explotación y venta de materiales para la construcción, procedentes de sus canteras. Las viviendas eran de barro, tierra y pedernal, y existía ya la parroquia de Santa María la Antigua.

Vicálvaro, militar

En 1664 y años posteriores, los vecinos de Vicálvaro se oponen y hacen fracasar una operación de venta del pueblo entero y sus tierras por parte de la Corte al almirante de la Armada Real Francisco Díaz Pimienta. En 1788, la Santa Inquisición juzga "por uso y disfrute del sexto mandamiento antes del matrimonio" a una vecina del lugar, la tabernera Bernarda García. Para entonces, el Cuartel de Guardias Españolas inicia la larga tradición de asentamientos militares en la localidad, sede hoy del Regimiento de Artillería de Campaña (RACA) número 11.Es en Vicálvaro donde, en la década de los años cuarenta del siglo pasado, se instala el primer cuartel de Caballería de la recién creada Guardia Civil, por decreto de Isabel II. Pocos años más tarde, en 1854, Vicálvaro será escenario del levantamiento de O'Donnell, que ha pasado a la historia bajo el nombre de la vicalvarada. A finales del siglo pasado comienza el declive de la independencia del lugar. Entre 1878 y 1910 se realizan los trámites de expropiación de la mayoría de su término municipal, necesario para la construcción del cementerio de La Almudena y para los futuros barrios de Las Ventas del Espíritu Santo, barrio de El Carmen y barrio de Bilbao.

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Situado en las cercanías, del frente en la guerra civil, decenas de hijos del pueblo, casi todos ellos emparentados entre sí y situados en bandos opuestos, morirán en la contienda. En 1951 pierde su identidad de pueblo y se convierte en uno de los barrios más desasistidos y pobres de Madrid. Lugar de recepción de inmigrantes, pasa en pocos años de 5.000 a 60.000 habitantes, sin que este incremento brutal de población sea compensado con equipamientos culturales, educativos y sanitarios, necesarios. En los dos últimos años, Vicálvaro ha sido noticia por los enfrentamientos continuos entre la población paya y el numeroso núcleo de gitanos instalados en los despoblados entre el barrio y San Blas. "Las peores disputas son las que suceden entre pobres", como decía un vecino viejo hace dos meses, cuando la crispación hizo temer que se llegara a la violencia física.

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