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Carta de González a Gaddafi para solicitar el pago de la deuda libia

El presidente del Gobierno, Felipe González, ha mandado una carta al líder libio, Muammar el Gaddafi, en la que expresa sus deseos de que se restablezcan las corrientes comerciales entre ambos países a la luz de las conversaciones que mantuvieron durante la reciente visita de Gaddafi a Mallorca.

El contencioso libio-español se centra en una deuda de 80 millones de dólares (14.800 millones de pesetas) que tiene Libia con España desde hace dos años y la congelación de la compra de petróleo libio, dentro de la cuota del Ministerio de Comercio, decidida en el mes de noviembre pasado.

La entrevista entre Felipe González y Muammar el Gaddafi sirvió para desbloquear las relaciones entre ambos países y la posterior visita del ministro de Economía e Industria Ligera libio, Abu Fraeba, hizo pensar que sería el momento de fijar las condiciones del pago de la deuda, lo que permitiría volver a comprar petróleo, de excelente calidad.

Durante la visita de Abu Fraeba no fue posible alcanzar un compromiso para el pago de la deuda, ya que el ministro libio quiso hablar exclusivamente de la posible renovación de compra de petróleo Las autoridades españolas señala ron que, mientras no se arreglara el pago de los 80 millones de dólares, Comercio no compraría petróleo al país norteafricano.

Al regresar a su país, el ministro de Economía anuló un contrato, ya firme, de compra de zapatos españoles y pidió la cancelación de acuerdos similares en otros sectores, como el textil. El deterioro de las relaciones comerciales, en clara contradicción con las promesas realizadas por Gaddafi durante su estancia en Mallorca, es lo que ha provocado la carta del presidente español en el sentido de recordar a Gaddafi sus afirmaciones para que se resuelvan los problemas.

80 millones de dólares

Los 80 millones de dólares de deuda corresponden a pagos pendientes por la realización de diversas obras públicas en Libia por parte de empresas españolas. La decisión de dejar de comprar petróleo -se mantienen las compras de gas licuado- tiene repercusiones importantes, ya que supone que el crédito oficial ha dejado de obtener recursos con financiación barata, pues una parte del precio del petróleo era prestado a esta entidad a tipos de interés por debajo de los de los mercados internacionales.

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