Isabel, antes Jorge, al final del camino
"Siempre me sentí mujer, he sido transexual antes de operarme"
Jorge de la Jara nació en Cádiz en una España todavía republicana. De niño se traslada a Madrid con su familia y se doctora en Filosofía en la universidad Complutense. Completó sus estudios doctorales en Harvard y fue catedrático de Lengua y Literatura Española en varias universidades norteamericanas. Separado y con dos hijos, vuelve a Europa, donde inicia su proceso de transexualización y se convierte en Isabel de la Jara. Se sometió a la operación de cambio de sexo el año pasado en Londres y está tramitando su reconocimiento legal como mujer.
Pregunta. ¿Su vida sexual como hombre era satisfactoria?
Respuesta. La gente espera que conteste que no. Somos una minoría las transexuales que hemos sido de uso heterosexual y hemos disfrutado del sexo. Entonces yo no puedo decir que me sentí mujer hasta un punto determinado. Aunque, claro, yo era transexual latente, no nace de la nada; pero no esperes el cuento de que yo siempre me sentí mujer. Soy una nueva versión de la hembridad, de la femineidad.
P. ¿No tiene miedo de sentirse hombre con cuerpo de transexual hembra y femenina?
R. No, porque hay un proceso mental muy duro. Las hormonas afectan a todo el cuerpo y no se da esa disociación. A niveles espirituales mi mente es andrógina, pero mi mecanismo psíquico, mi sensorialidad, toda yo soy hembra sin residuos masculinos. Claro, tengo hábitos de haber sido hombre mucho tiempo, pero yo no me ocupo de eso, dejo que la femineidad florezca por sí sola.
"El deseo de dar a luz me ha cogido por sorpresa"
P. ¿Considera acabado su proceso de transexualización al estar ya operada?R. No, porque en realidad no se es transexual: una se transexualiza, y, como todo proceso, no tiene fin. De todas maneras, no hay que darle tanta importancia a la operación. Yo he sido transexual antes de operarme. Es sólo un paso; yo estaba abierta antes de operarme y lo viví de una manera gradual.
P. ¿Le gustaría tener un hijo si se pudiera?
R. Sí, por supuesto. Es una tragedia transexual, porque todo el organismo lo pide. No es yo quiera ser madre psicosocialmente, pero el organismo pide dar a luz. Llegas contra un muro, es muy penoso Yo tuve hijos como varón, pero no los parí, y no es lo mismo. El deseo de dar a luz me ha cogido por sor presa. Necesito dar a luz.
P. ¿Disfruta más sexualmente con hombres o con mujeres?
R. Son dos ondas diferentes. Me gusta más la mujer como hembra aunque no soy lesbiana puesto que soy bisexual. Mi relación con los hombres la siento más pobre. Me ha sido más fácil aclimatarme a la mujer sensorialmente. En cambio, el hombre me ha costado más trabajo irlo aceptando. Los hombres se me acercán más, claro.
P. ¿Cómo puede disfrutar de su nueva sexualidad transexual?
R. Me he vuelto más pasiva. Me gusta más ser acariciada que acariciar, pero pienso que es transitorio. No me gusta ser penetrada si no es en un contexto erótico, olfativo. Soy más sensual que sexual. El orgasmo transexual es de orden masivo y lento, como el femenino, pero es inferior si no lo precede y lo envuelve lo sensual.
P. ¿Tuvo que seguir algún tipo de terapia antes de la operación?
R. No, aunque sí tuve conversaciones con el doctor Juan Rof Carballo en diálogos existenciales y espontáneos. Pero no puede haber desequilibrio en un proceso de transexualización. Te enfrentas a tantos obstáculos interiores y exteriores que eso te da un fuerte sentido de la realidad. Tú puedes estar loca, pero desde luego no estás neurática.
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