Personalidades del mundo empresarial y bancario asistieron al sepelio de Ricardo Tejero

Numerosas personalidades del mundo bancario y empresarial, entre las que se encontraban los presidentes de la Asociación Española de la Banca (AEB), Rafael Termes; del Banco de España, Mariano Rubio, y del Banco Central, Alfonso Escámez, asistieron ayer en Jadraque (Guadalajara) al entierro de Ricardo Tejero Magro, consejero y director general del Banco Central, de cuyo asesinato el martes en Madrid se responsabilizó ayer ETA Militar. El sepelio de Tejero Magro, que reposará en el panteón familiar del cementerio de Jadraque, constituyó una impresionante demostración de duelo.

La comitiva de familiares y amigos que acompañaron al cortejo fúnebre desde su domicilio de Madrid, llegó a la villa de Jadraque sobre la una de la tarde, con más de una hora de retraso sobre el horario previsto, flanqueada por coches de la Guardia Civil que les facilitaron la salida de la capital de España, dificultada por los controles policiales que se dispusieron a raíz del atentado.En la plaza de la iglesia esperaban la llegada de los restos mortales del banquero asesinado, gran parte del vecindario de Jadraque, primeras autoridades civiles y militares de Guadalajara, el general inspector de la Policía Nacional, Félix Alcalá Galiano, también alcarreño como el asesinado, consejero de Presidencia de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Manuel Miralles, numerosos amigos y más de un centenar de compañeros del sector bancario llegados desde distintos puntos de España. Los comentarios en este grupo que permaneció en corrillos junto a la iglesia antes de la ceremonia, se centraban en todo lo relacionado con el asesinato y la necesidad del reforzamiento de las medidas de seguridad para con las personas que ostentan cargos de responsabilidad en el sector bancario y de la empresa.

La ceremonia religiosa fue oficiada, en un templo abarrotado de personas, por el titular de la iglesia de Jadraque, Andrés Pérez Arribas, al que ayudaron en la celebración los tres últimos sacerdotes que pasaron por la villa, y que habían conocido personalmente al señor Tejero Magro.

En los primeros bancos se encontraba la familia del fallecido, compuesta por su viuda y cinco hijos, dos varones y tres chicas, que siguieron la ceremonia con las manos entrelazadas, visiblemente emocionados pero con gran entereza, emoción que se tradujo en lágrimas en el caso de la hija menor del matrimonio, de apenas 14 años de edad.

Visitas frecuentes

En el otro banco de preferencia se situaron los dos hermanos de Ricardo Tejero, Alberto y Manuel. No asistió a la ceremonia la madre del fallecido que se quedó en casa todavía conmocionada por la noticia. Ricardo Tejero visitaba casi todos los fines de semana a su madre y dos tías que viven con ella y pasaba durante las vacaciones temporadas en el pueblo, que tiene alrededor de 1.500 habitantes, donde era persona estimada.Junto a los hermanos del director general asesinado, tomaron asiento el presidente del Banco Central, Alfonso Escámez, el gobernador del Banco de España, Mariano Rubio, y el ex presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Carlos Ferrer Salat, este último amigo personal del difunto, y que se declaró profundamente impresionado por el asesinato, comentando que si ningún crimen es justificable en este caso era doblemente execrable porque habían matado a un hombre fundamentalmente bueno.

El sacerdote oficiante pronunció una breve homilía en la que destacó la figura humana y profundamente religiosa de Ricardo Tejero, de quien dijo que era una persona bondadosa que había practicado con frecuencia la caridad anónima.