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Atentado terrorista en Madrid

Ricardo Tejero, un veterano profesional bancario

Ricardo Tejero Magro, "Tejero el bueno" como aceptó definirse, era el número dos del Banco Central el colaborador más próximo a Alfonso Escámez. Catalán, a pesar de haber vivido poco en su comunidad natal, fue un profesional bancario por herencia familiar. Su padre fue el responsable jurídico y secretario general del Banco Vitalicio de España cuando Ignacio Vilallonga era presidente de esta entidad y del Banco Central.A Ricardo Tejero Magro "sólo se le conocía un vicio: trabajar. Prácticamente estaba casado con el banco, de forma que a veces hasta las 11 de la noche nos pedía que le lleváramos determinado dato", comentó ayer uno de sus colaboradores. Tejero era hijo de una familia de la burguesía media barcelonesa, con domicilio en la Rambla del Prat, junto al barrio de Gràcia. Estudió en los Escolapios de la barcelonesa calle Balmes.

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"Ricardo Tejero nunca hizo manifestaciones políticas, sólo hablaba en torno a su labor en el banco. Se sentía muy catalán, y su mujer, Roser Sala, es catalanista", comentá Josep María Cucurull, director regional del Central en Cataluña. Roser Sala pertenece a una familia de empresarios, con actividad especialmente orientada a aparatos de laboratorio.

La trayectoria de Ricardo Tejero es paralela a la del Banco Central, salvo en dos momentos de su vida en que deja temporalmente la entidad. Su vida profesional comienza como ayudante en la inspección de sucursales del banco para dirigir posteriormente una agencia urbana en Barcelona. Regresa luego a Madrid a la secretaría general, donde llega a vicesecretario general. En ese momento se abre el primer paréntesis de su relación profesional con el banco; marcha a desempeñar la dirección general de la Unión Bancaria Hispano Marroquí hasta 1961, cuando vuelve a la secretaría general ya como titular, al sustituir a José Ignacio Vilallonga, hijo del entonces presidente.

En 1970, y tras la crisis política y económica que sacude a España como consecuencia del asunto Matesa, el entonces ministro de Hacienda, Alberto Monreal Luque, pide ayuda a los grandes bancos. José María Sainz de Vicuña, en la actualidad administrador-director general de Banesto, y Francisco Fernández Ordóñez, hoy el frente del Banco Exterior de España, ocupan altos cargos en el organigrama de dicho ministerio. Tejero es nombrado presidente del Banco de Crédito Industrial -entidad pública totalmente deteriorada por las repercusiones del escándalo- hasta 1973, cuando le sustituye Rodolfo Martín Villa.

El regreso al Banco Central supone su nombramiento como director general de la entidad y en 1979 accede al consejo de administración, aunque conserva su cargo de primer director general. Como número dos, Ricardo Tejero estuvo encargado de mantener las relaciones con el Banco de España. El área de las grandes empresas era de su estricta responsabilidad y también controlaba en parte la actividad de los bancos filiales.

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Ricardo Tejero recibió el sobrenombre de Tejero el bueno, con motivo del espectacular asalto a la antigua sede barcelonesa del Banco Central, en la plaza Cataluña, el 23 de mayo de 1981. A media noche, mientras se mantenía la tensión, anunció a sus colaboradores que se trasladaba a Barcelona con Alfonso Escámez. Aquellos comentaron a los periodistas que "Tejero está de camino hacia el banco", ante la sorpresa de todos. Aún se mantenía la confusión sobre los autores del asalto, que se producía poco después del intento de golpe de 23-F. La aclaración de la identidad del banquero le valió el sobrenombre de el bueno, unido a su primer apellido.

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