El CAI Zaragoza consigue una pequeña ventaja para el partido de vuelta en Barcelona
ENVIADO ESPECIALNingún aficionado de Zaragoza, que se sepa, ha solicitado billete para Grenoble. Nadie, tampoco, imagina que el 19 de marzo no juegue el Barcelona la final de la Recopa de Europa de baloncesto. Pero, al menos, el encuentro de ida de semifinales resultó reparador para la afición local, que pudo disfrutar de una victoria inesperada que celebró con música de orquesta.
Los pupilos de Pepe Laso jugaron una eliminatoria imaginaria porque trataron de consolidar un simple triunfo sin complicaciones supletorias. En efecto, los jugadores del CAI Zaragoza necesitaban sentirse simplemente aptos para cualquier empeño. Por eso afrontaron el encuentro con toda la seriedad de la que fueron capaces, procuraron no perder un solo balón y asegurar, en la medida de lo posible, el tiro. Todos los que estuvieron en la pista, salvo López Rodríguez, superaron con cierta amplitud el 50% de eficacia en el lanzamiento. Sólo Garris se quedó, en este caso, en ese 50%. Defensivamente, intentaron cortar toda asistencia posible a los negros azulgrana para no ser masacrados con la desventaja apreciable que se adivina en la lucha por el rebote. En esa atención defensiva volvió a dar una nueva alegría a su afición el joven Zapata, que no sólo se encaró con Sibilio, sino que se multiplicó en el rebote.
El Barcelona salió a la cancha pensando, quizás, en no ser tan cruel como el Real Madrid hace una semana, en la Supercopa, y aceptó como buenas unas ventajas iniciales que llegaron a ser de cinco puntos en el mejor momento (16-21), a falta de 12 minutos para el descanso. La impresión general daba por buena esta diferencia, salvo que un par de reacciones y varios robos de balón pusieran el marcador en un 26-25 a falta de 8.30 minutos, hecho que sirvió, más que otra cosa, para que el CAI empezase a creer algo en sí mismo.
Minutos después la situación había variado por completo. El norteamericano Riley realizaba unos lanzamientos seguros, pero el juego de ataque barcelonista se encontraba incómodo. Una tercera personal sobre Howard permitía al CAI librarse de la pesada carga de mantener un rebote tan desfavorable y, sobre todo, daba la sensación de que el Barcelona, y con el equipo su técnico, Flores, no acertaba con alguna orden especial que cambiara el signo del encuentro.
El CAI se había marchado al vestuario en el descanso con ocho puntos de ventaja (50-42), pero el Barcelona afrontaba esta media eliminatoria sin capacidad de reacción. Los jugadores azulgrana apenas cambiaron su forma de hacer, tanto en ataque como en defensa, cuando estaba claro que las cosas no marchaban bien. Algunos cambios resultaron realmente insospechados, como los cerca de 20 minutos que estuvo Howard sentado en el banquillo con sólo tres personales.
Howard salió por fin, falló una entrada fácil y solicitó el cambio, simulando, aparentemente, una dolencia en la espalda. Parecía más bien que Howard había decidido que resolvieran otros el partido, ya que no habían contado con él minutos antes. A pesar de que el Barcelona empataba el encuentro a falta de 13.30 minutos (62-62), seguía sin variar su sistema de juego con intención de resolver y no pasar apuros inútiles. Por el contrario, el CAI, bien dirigido por Arcega II, retomaba el mando e intentaba en los minutos finales la diferencia de 10 tantos (83-75) a falta de 73 segundos para el final del encuentro.
Esta primera eliminatoria resultó, pues, extraña. Más que nada, gratificante para el aficionado local, que agradece el detalle, pero discutiblemente emotiva si se piensa lo que le puede caer al CAI en el Palau Blaugrana. De alguna forma, era una final disputada sin demasiado espíritu. Los jugadores azulgrana deben tener reservada habitación en Grenoble.
El otro finalista aún se desconoce, ya que ayer, en Kaunas, el Zalghiris, soviético, ganó por 8478 al equipo francés Asbel. Una ventaja tan corta que no decide cuál de los dos jugará la final. En Grenoble, si acaso, la afición española volverá a tomarle el pulso a la Recopa. Falta esperar que el Barcelona, tras cumplir abatiendo al CAI, esté a la altura de las circunstancias en la ciudad francesa.
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