Avestruces

Se cumple una semana de la gran victoria obtenida por la causa de la españolidad contra el moro Muza por el procedimiento de cortarle la lengua y la imagen con las tijeras de Radiotelevisión Española. Hassan II no pudo decirle a los españoles directamente lo que piensa sobre Ceuta y Melilla, y, por tanto, Ceuta y Melilla quedan a salvo de lo que Hassan II piensa sobre ellas. Así, si algún día Hassan II emprende la marcha verde sobre las dos ciudades, siempre se le podrá decir: "No vale, no vale. Cuando usted salió por televisión no dijo nada de esto". Y si Hassan II insiste en que sí lo dijo, pero que le aplicaron la censura previa, entonces todos podremos echarle la culpa a Calviño.Se achaca a los avestruces la táctica de enfrentarse al peligro por el procedimiento de enterrar la cabeza en la arena. Unos crían la fama y otros cardan la lana. También los niños, los perros y un número de patriotas difícil de medir esconden la cabeza en la arena por el procedimiento de no querer ver ni oír lo que les amenaza.

De una copia popular tradicíonal hizo Conchita Piquer un éxito del hit parade autárquico: "Que no me quiero enterar. / No me lo cuentes, vecina, / prefiero vivir soñando / que conocer la verdad".

La actitud pusilánime de los rectores de Radiotelevisión Española y de los rectores de los rectores de RTVE nos previene sobre futuros usos y abusos de la pusilanimidad ante desaflos más contundentes de palabra, imagen y obra por parte de Hassan II de Marruecos. Además queda aplazada la confianza democrática que debían merecer los recientes cambios efectuados en los responsables de los servicios informativos de Televisión Española. Es impensable que el corte haya sido una iniciativa de profesionales de la información. Ese corte es atribuible sólo a los políticos de la información, que dejan con el culo al aire y las tijeras en la mano a quienes han embarcado en una operación de credibilidad informativa. Se empieza cortándole la lengua a Hassan II y se acaba cortándosela uno a sí mismo.