La Cañada de la Muerte, el barrio de los 3.000 apátridas
C. Y. "Me han pegado un montón de veces en comisaría. A veces noto dolores en los pulmones de las patadas que me dieron. En 1979 pasé 20 días en cama por la paliza que recibí. No guardo rencor, pero quiero que me den mis derechos". Es Moham Mohamed Alí, de 35 años, nacido en Melilla, hijo de un musulmán que participó en la guerra civil española. Aunque los ha solicitado, carece de documentos de identificación y, por tanto, es apátrida. Lo han expulsado varias veces a Marruecos, pero vuelve. "¿Dónde iba a ir yo si soy de aquí, vivo aquí y mis padres viven aquí desde hace 40 años?".
Moham es uno más de los cientos de musulmanes que, en sus mismas condiciones de apátrida viven en la Cañada de la Muerte, barrio al que se accede por la carretera de Hidun, que lo une con la ciudad de Melilla.
El Ayuntamiento, con un presupuesto para este año de 2.700 millones de pesetas y habitual mente con superávit, no ha insta lado todavía agua corriente en el barrio, habitado por unos 3.000 musulmanes, la mayoría de los cuales son nacidos en Melilla. Al carnicero del barrio, Mohamed Mimom Mohatar, ya le han comunicado oficialmente que debe cerrar el establecimiento porque"debe disponer de agua potable caliente". "Nos tienen pisados encirna", dice Mohamed Mimom Mohatar.
Por las calles del barrio, que no están empedradas ni asfaltadas, fluyen las aguas negras hasta un pequeño pozo. Los niños, que viven hacinados en viviendas de unos 40 metros cuadrados ocu padas hasta por ocho personas juegan a veces con las aguas infectadas. El mismo jueves pasa do, una niña de unos cinco años cayó en un despiste al pequeño pozo negro. El Ayuntamiento instaló hace 10 años un único evacuatorio público, ahora transformado en ducha también única. "Hacemos de cuerpo en bolsas de plástico y latas y lo tiramos. ¿Se imagina a nuestras mujeres haciendo esas cosas?", dice Hamed Mohamed, de 36 años, nacido en Melilla y sin nacionalidad española, a pesar de haberla solicitado varias veces.
"Ciudadano de segunda"
Halifa Mohamed, de 23 años, estudiante, de nacionalidad española, es uno de los pocos habitantes del barrio que intenta reaccionar ante lo que todos califican de discriminación. El pasado 20 de enero fue detenido y acusado, "por una vecina acompañante habitual de policías", de falsificar documentos nacionales de identidad. "Estuve detenido 72 horas. Un inspector me llamaba continuamente moro y ciudadano de segunda, y me pegó. La denuncia es un invento, pero un abogado me ha dicho que ningún letrado querrá defenderme". A pesar de todo, el índice de delincuencia es mínimo en Melilla, ciudad que el propio delegado del Gobierno, Andrés Moreno, califica de "la más segura de España".
El barrio de La Cañada de la Muerte se encuentra en una ladera situada en la parte derecha de la carretera de Hidún. Sus habitantes solo tienen que asomarse en sus casas y mirar al otro lado de la carretera para ver el contraste. En esa parte izquierda, hay un chalé con agua corriente y piscina. Es de Eduardo León, un español cristiano... que fue alcalde de la ciudad.
En Ceuta, también existe una barriada similar a La Cañada de la Muerte, aunque en este caso el problema es diferente. Se trat del conocido Barrio del Príncipe, habitado por unos 6.000 musulmanes, zona donde se controla el tráfico de hachis por la ciudad.
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