Los democristianos tratan de reconquistar los ayuntamientos de Italia

La Democracia Cristiana está dispuesta a dar una dura batalla para arrancar a la izquierda los ayuntamientos de las grandes ciudades de Italia, empezando por Roma, la capital, en las próximas elecciones locales de mayo. De hecho, está ya en curso una fuerte campaña electoral en la que, después de varios años de un prudente silencio, hasta la Iglesia ha empezado a levantar la voz.Por ejemplo, ha sorprendido que los obispos de Regio Emilia -cuya capital, Bolonia, ha estado tradicionalmente considerada como ejemplo de ayuntamiento rojo- han hecho público ya un documento en el que alertan a los electores, afirmando que no todos los partidos defienden igualmente los valores cristianos tradicionales. El episcopado acusa también con fuerza a la Administración comunista de "haber invadido todos los espacios" y de haber "impedido el justo pluralismo".

Al parecer, incluso el papa Juan Pablo II está preocupado ante la posibilidad de que en las elecciones de mayo los comunistas se confirmen como el primer partido del país, prolongando la tendencia de las últimas elecciones europeas. Sobre todo, al Vaticano no le desagradaría que la Democracia Cristiana pudiera reconquistar el Campidoglio (sede de la alcaldía de la capital italiana), ya que, a pesar de que no han existido en estos años roces considerables, la presencia de un alcalde comunista en la Roma del Papa nunca ha sido un trago dulce para la Santa Sede.

En realidad, la Democracia Cristiana se halla en un buen momento, pues los Gobiernos de las grandes ciudades, que hace 10 años fueron conquistados por la izquierda, han sufrido el normal desgaste del tiempo y se han visto también salpicados por la plaga de la corrupción administrativa.

Así, han caído ya alcaldías de izquierda como Turín, Nápoles, Florencia y otras, e incluso ha habido problemas en Bolonia, mientras empieza a tambalearse la misma Roma