Cuando la falta de luz arruina la foto de una imagen bucólica
Los analistas han terminado por no luchar contra corriente y se han sumado a la tendencia alcista que tapona una y otra vez cuantos intentos de realizar beneficios salen a la luz. Eso sí, las ventas continúan, permitiendo unos volúmenes de negociación que no son tan elevados como hace un par de semanas, pero que reflejan con claridad la importancia del dinero que pugna por entrar al mercado.¿Ha terminado la fase de irregularidad? No es fácil responder a esa pregunta. Algunos expertos consideran que la bolsa ofreció ayer una prueba muy positiva, ya que no subió en exceso, consolidando cambios, al tiempo que absorbía todo el papel a la venta y además dejaba dinero al cierre.
Pero el análisis técnico, desconfiando un poco de esta idílica visión del mercado, insiste en comprobar cómo va a responder la bolsa al acercarse a niveles cercanos a los del récord que conquistó el índice general el pasado día 4 (117,41%). Lo cierto es que existe cierto feeling sobre la incapacidad de la bolsa para comportarse con la misma resistencia que ahora cuando se haya elevado a esas cotas.
A pesar de que por el momento la tormenta vendedora tenderá a amainar, no conviene perder de vista ciertos nubarrones que se adivinan en el horizonte. Dejando aparte ciertos rumores sobre posibles recortes en los dividendos de las compañías eléctricas, y que los entendidos ponen en serias dudas, ya que la nueva filosofía ministerial a lo que sí puede conducir es hacia un mejoramiento de la derrama ofrecida por Hidrola.
En todo caso, ministros tiene la Iglesia, o Industria, para ser más exactos, que terminarán por solventar las dudas. Lo que parece evidente es que las grandes carteras institucionales buscan cualquier resquicio para propiciar una baja. Y nadie es de piedra, a fin de cuentas.
A próposito, insistentes rumores -vienen apuntando la posibilidad de que Hidruña realice una ampliación de capital por 16.000 millones de pesetas, en la proporción de una acción nueva por cada acción antigua, a la par, y que sería suscrita por Hidrola.
El segundo elemento de reflexión apunta hacia la banca, que no parece capaz de salir de su letargo, a pesar de toda una serie de intentos. Ayer, los siete grandes volvieron a cosechar en su caja un saldo vendedor de 43.477 títulos, aunque algunos bancos aprovecharon la ocasión para ganar unos cuantos enteros sin estar muy respaldados. Popular y Vizcaya, que siempre dejan fluir más libremente sus cambios, cedieron siete y cuatro enteros, respectivamente, y reflejaron así mejor la situación. En definitiva, la posibilidad de que el dinero pase de eléctricas a bancos, en ese tradicional movimiento bursátil, no parece que vaya a consolidarse.
Telefónica, por el contrario, comienza a despertar después del cansancio de jornadas anteriores y se está convirtiendo otra vez en centro de atención de muchos operadores, quienes no ocultan sus previsiones para este valor, al que sitúan en mejores condiciones que a la British Telecom a la hora de realizar esas siempre odiosas comparaciones.
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