_
_
_
_
_
Reportaje:Criminales de guerra nazis

Washington inicia la caza del 'ángel de la muerte'

El espionaje norteamericano pudo haber liberado a Josef Mengele, exterminador de Auschwitz, después de detenerlo en 1947

Francisco G. Basterra

La caza de uno de los últimos criminales de guerra nazis que aún pueden encontrarse vivos ha sido abierta por Estados Unidos cuando va a cumplirse el 402 aniversario del final de la II Guerra Mundial. El Gobierno norteamericano anunció esta semana la apertura de una investigación oficial sobre el paradero del doctor Josef Mengele, notorio criminal de guerra conocido como el ángel de la muerte, responsable del campo de exterminio de Auschwitz, quien según documentos hechos públicos en Estados Unidos pudo haber sido detenido y luego puesto en libertad por miembros del espionaje norteamericano en Viena en 1947.La investigación será rápida y se llevará hasta el final, aunque se descubra que Mengele contó con la cobertura de los servicios de inteligencia de Estados Unidos para huir de la justicia, según han prometido las autoridades norteamericanas. Se piensa incluso que Mengele, que alcanzó una macabra notoriedad por sus experimentos seudocientíficos con judíos a los que utilizaba como conejillos de indias en Auschwitz, pudo haber pasado por Estados Unidos. La Agencia Central de Inteligencia (CIA) y el Pentágono colaborarán con la investigación.

Más información
La devolución de Reder puso contra las cuerdas al Gobierno austriaco
Klaus Barbie, en espera del último gran proceso

Si Mengele, como algunos piensan, está aún vivo, tendría 73 años. En los años setenta fue visto por última vez en Paraguay, donde el dictador Alfredo Stroessner facilitó refugio a criminales de guerra nazis tras el hundimiento del III Reich. El congresista demócrata norteamericano Robert Torricelli, recién llegado de Paraguay, asegura que fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores de aquel país le aseguraron que Mengele, ya muy enfermo, vive aún en las colonias alemanas en las montañas, cerca de la frontera paraguaya con Argentina y Brasil.

Según estas informaciones, el doctor Mengele practicó la medicina con su propio nombre hasta hace seis años en un lugar próximo a Asunción. "No creo que sea difícil encontrar a Mengele si de verdad se quiere hacerlo", dijo Torricelli. El cazador francés de nazis Serge Klarsfeld, que encontró en Bolivia a Klaus Barbie, el carnicero de Lyon, cree, por su parte, que Mengele continúa en Paraguay.

Pero lo que de verdad ha provocado la apertura de la investigación ha sido la aparición de documentos oficiales, recién desclasificados, que sugieren que Mengele pudo contar con ayuda norteamericana para escapar de Europa. Los documentos fueron conseguidos por el centro Simon Wieshental de Los Ángeles, un instituto dedicado a documentar las atrocidades cometidas por los nazis y que utilizó para lograrlos la ley de Libertad de Información. Los documentos se mantenían en secreto porque "podrían poner en peligro la seguridad nacional".

Carta sin respuesta

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Los documentos incluyen una carta, fechada el 26 de abril de 1947, dirigida por J. M. Gorby, un agente del contraespionaje norteamericano en Alemania, al jefe militar de su unidad en Viena. Gorby comunicaba que tenía información de que "Mengele había sido detenido en Viena", en la zona norteamericana. Gorby decía que si la información era cierta, Mengele debía ser interrogado acerca de la evacuación de 20 niños judíos que él había realizado desde Auschwitz en noviembre de 1944. No se ha hallado en los citados documentos ninguna respuesta a la carta de Gorby, y todos los intentos para localizarlo a través del Ejército no han dado resultados.Otro de los documentos es una carta del comandante Bufford Mccharen, también del contraespionaje norteamericano en Alemania Occidental, en respuesta a una petición realizada por un funcionario del Consulado canadiense en Colonia. Este solicitaba información sobre un tal Joseph Menke, que había solicitado un visado canadiense en Buenos Aires. Mccharen adjuntaba en la carta, fechada el 26 de junio de 1962, un informe del espionaje militar norteamericano que aseguraba que Joseph Menke era Josef Mengele.

Otras informaciones desclasificadas indican que el Departamento de Justicia de EE UU fue alertado en 1979 de la presencia de Mengele en un vuelo de Miami a Paraguay, pero funcionarios federales no pudieron comprobarlo.

Investigación

El rabino Marvin Hier, director del centro Wieshental, ha declarado que estos documentos "crean dudas razonables sobre la posible participación de EE UU en el caso de Josef Mengele, y que la verdad sólo saldrá a la luz mediante una investigación oficial de los Gobiernos canadiense y norteamericano". El primer ministro canadiense, Brian Mulroney, ha solicitado la apertura de una investigación urgente y afirmó en el Parlamento de Ottawa que la posibilidad de que Mengele hubiera encontrado refugio en algún momento en Canadá "era algo repugnante para nuestra nación".La República Federal de Alemania dictó en 1959 una orden de detención contra Mengele por asesinato. Las autoridades de la RFA acusan a Mengele, entre otras cosas, de este repertorio de horrores: designar personalmente a los prisioneros que debían ir a las cámaras de gas nada más llegar al campo de concentración; arrojar niños al fuego; inyectar alcanfor y otras sustancias químicas en la médula espinal, los ojos y el cerebro de prisioneros vivos, especialmente gemelos; e inocular fiebre amarilla y otros virus en cuerpos sanos.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_