Los españoles podrán comprar bonos del Banco Mundial
La adquisición de eurobonos es el método ideal para aquellos inversores que desean jugar más con los movimientos del cambio de la peseta respecto a otras monedas que con los tipos de interés, que en este caso suelen estar por debajo de los ofrecidos en emisiones nacionales.La posibilidad de comprar estos títulos, conforme al real decreto de 14 de septiembre de 1979, se extendía también a los bonos emitidos por los organismos internacionales en los que participa España -especialmente las emisiones del Banco Mundial-, pero desde agosto de 1982 esta vía quedó en suspenso. Ahora el Gobierno ya ha aprobado el retorno a la vieja fórmula, según fuentes autorizadas de Economía y Hacienda, aunque todavía no se ha publicado el correspondiente decreto en el Boletín Oficial del Estado.
La facilidad del mecanismo para adquirir estos bonos -cursar una orden de compra en cualquier banco o caja de ahorros- se ve compensada por la dificultad de encontrar papel a la venta, ya que las emisiones españolas cuentan con una contratación muy limitada.
Los eurobonos se emiten a tipo fijo cuando el interés no se altera hasta la fecha de amortización, o a tipo flotante, cuando el emisor aplica en cada pago semestral un interés relacionado con el precio del dinero en el mercado internacional, generalmente en relación al libor, el precio del dinero en el interbancario de Londres.
Títulos en depósito
Aunque el comprador puede importar a España los títulos físicos, éstos deben quedar depositados en un banco o caja de ahorros. También debe ceder, a través del mercado español de divisas, las que correspondan a los; pagos que vaya recibiendo.
El precio de estas emisiones siempre es indicativo, ya que el mercado de eurobonos es negociado -comprador y vendedor deben ponerse de acuerdo sin tener que ajustarse a cambio oficial alguno- y, además, existen diferencias en torno al medio punto entre el precio del comprador y del vendedor, que corresponden a las comisiones que descuentas los intermediarios.
Operar con eurobonos, en definitiva, significa apostar a favor o en contra de la peseta en relación a una divisa determinada.
Si se considera que la moneda española va a perder valor de cambio a medio plazo, será más conveniente comprar bonos emitidos en divisas, ya que al interés ofrecido habrá que añadir el producido por la futura diferencia de cotizaciones. El riesgo es que la evolución de la paridad entre las monedas sea justamente la contraria de la prevista.
Una segunda apuesta reside en elegir la divisa en que se va a efectuar la inversión. En realidad todo consiste en jugar a favor o en contra del dólar. Si se considera que éste va a descender, será preferible comprar bonos denominados en marcos, ya que la divisa germana siempre evoluciona en sentido contrario a la moneda norteamericana.
El franco suizo y el yen mantienen una oscilación más independiente y menos brusca, aunque el primero ofrece unas rentabilidades excesivamente bajas, que difícilmente podrían compensar una futura revalorización de la divisa helvética.
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