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Reportaje:La vida cotidiana en el año 2000

El siglo que viene

Los futuristas preven grandes avances tecnológicos, pero temen a la guerra nuclear y a la superpoblación

Al asomarse al siglo XXI, expertos en distintas materias ven una serie de cambios que harán aparecer al mundo actual tan anticuado como ahora nos parece la era del Ford T. Cambios que nos afectarán tanto en el hogar como en el espacio exterior: coches que pueden detectar un aparcamiento, aparatos domésticos capaces de responder, factorías en órbita y ordenadores alimentados por proteínas son solarnente algunas de esas novedades. Pero esos avances podrían quedar invalidados por otros aspectos del futuro: crecimiento incontrolado de la población, escasez de alimentos y productos energéticos, desastres ambientales o guerras nucleares. Expertos y futuristas anticiparon para U. S. News World Report el panorama que ofrecerá el siglo XXI.

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Una de las novedades que sin duda caracterizarán la vida del siglo XXI serán las sorprendentes funciones que cumplan los ordenadores: los nuevos avances científicos permitirán a las máquinas realizar más funciones de las que ha venido desarrollando hasta ahora el cerebro humano. Los ordenadores, que en un tiempo no hacían más que recordar datos, podrán tomar más de cisiones. Las máquinas que hoy informan a los médicos de los síntomas de los pacientes podrán en un futuro próximo llegar a recomendar el tipo de cirugía. Otras máquinas diseñarán edificios después de preguntar a los compra dores sobre sus preferencias. Cada vez hay más procesos del pensamiento humano e incluso escalas de valores que se programan y se incorporan a los ordena dores, según dice Earl Joseph, presidente de Anticipatory Sciences, una firma de consultores de Mineápolis. "Imagínese: unas máquinas más rápidas e inteligentes que los humanos, con iniciativa incorporada, ávidas de dar información", dice. Para la vida diaria, el futuro significa hablar directamente a los ordenadores, sin tener que apretar ningún botón. Con sólo decirle al tostador, a la cocina o a cualquier otro aparato de la casa lo que tiene que hacer, éste aten derá la orden. Es más, incluso es posible que el horno pueda decidir por sí mismo cuánto tiempo ha de tener el asado. Dígale al televisor: "Quiero ver el canal 12 a las ocho de la tarde, pero quiero guardarlo grabado para la semana que viene", y la operación quedará así dispuesta.Los ordenadores serán capaces de responder, y ya hay algunas máquinas de refrescos que protestan si no se les introduce el dinero suficiente. En el hogar, una máquina situada en la cabecera de la cama un día podrá decirle: "Te has olvidado de apagar la luz de abajo"

El psicólogo consumista Robert Lee preconiza enciclopedias audiovisuales que combinarán textos, documentales y sonido. Por ejemplo: al llamar a Beethoven en la pantalla del ordenador, el estudiante leerá un texto, verá un documental y escuchará las sinfonías.

Cada vez se habla más de la participación de los espectadores en programas de televisión bidireccional que harán posible tomar parte en seriales o partidos de fútbol como si el televidente se encontrara presente. El espectador podrá elegir, y una vez seleccionado un programa alternativo, la historia volverá a iniciarse en el momento de la interrupción.

Habrá clases recíprocas sobre reparaciones domésticas, cuidado de los hijos, salud y puesta en forma. El bridge y otros juegos de cartas, acontecimientos sociales y dirección de negocios a larga distancia cambiarán la forma de hacer amistades. "Se puede predecir que el microordenador de comunicación reemplazará al teléfono como medio de comunicación interpersonal y de grupo", dice Kevin Kelly, editor del "Whole Earth Software Review.

Saliendo del hogar, el automóvil del futuro pensará por sí mismo. Ove Sviden, un experto sueco de automoción, predice que los conductores podrán programar sus destinos en un ordenador que hará una planificación de la ruta a seguir e incluso informará de los apareamientos disponibles. Un sistema de control de tráfico urbano puede instruir a los ordenadores de los coches para tomar la vía más rápida en las horas punta y el momento de cambiar de carril. "Los coches serán algo similar a los trenes sincronizados electrónicamente", dice.

La ingeniería genética

Pero a pesar de todo, donde la tecnología hará su mayor impacto será en la ingeniería genética, con la alteración del DNA (el principio de la vida).

Los científicos tienen la esperanza de que eso implicará una transformación profunda en todos los aspectos, desde la medicina y la agricultura hasta la tecnología de los ordenadores y la industria. Ya hay ciertas perspectivas a corto plazo, como la insulina oral para los diabéticos, vacunas contra la hepatitis y drogas para detectar el cáncer o el tratamiento de retrasos mentales severos.

En agricultura hay posibilidades que incluyen árboles más altos, mayores cosechas de grano e incluso tomates cuadrados, fáciles de embalar y con menor contenido de agua. Algunos expertos llegan a decir que será posible criar vacas del tamaño de elefantes que produzcan el 40% más de leche. Los científicos hablan de utilizar proteínas en sustitución del silicio para los chips de ordenador, que permitirían un almacenamiento de información billones de veces superior en el mismo espacio.

Alimentos y energía

La creciente demanda terrestre de alimentos y combustible provocará unas tensiones en el mundo que requerirán la atención de científicos y políticos. La erosión del suelo, la decadencia de las zonas boscosas de los países en vías de desarrollo y el aumento de la población harán necesario encontrar nuevas formas de alimentación.

Según Gary lmhoff, director ejecutivo de Carrying Capacity, una organización investigadora con base en Washington, el actual granero del mundo, Estados Unidos, podría convertirse en un simple importador para el año 2000. Imhoff está especialmente preocupado por la velocidad de la erosión del suelo y el ritmo de creci-

El siglo que viene

miento de la población, y recomienda el cambio a cultivos que eviten la erosión y requieran menos energía, fertilizantes y agua.La ayuda puede venir del mar. Los científicos confían en los cultivos de algas, espirulina y otras formas de microalgas como fuentes de alimentación, aunque ya se duda más sobre la posibilidad de conseguir que sean sabrosas.

Según muchos economistas agrónomos, el problema no consiste en encontrar espacios cultivables, sino en la utilización de la tierra disponible y en la distribución de las cosechas.

"En la actualidad solamente se cultiva la mitad de la buena tierra de labor del mundo", asegura Orville Freeman, ex secretario de agricultura. "La otra mitad no dispone de la infraestructura necesaria y su puesta en explotación requeriría enormes inversiones de capital".

A medida que se va encareciendo la extracción de petróleo, los científicos empiezan a pensar en formas alternativas de energía para reemplazarlo: energía solar, energía eólica, reciclado de basuras y alcohol de cereales son algunas de las distintas posibilidades que ya se están probando. Las casas y lugares de trabajo del futuro estarán diseñados de forma que capten el calor del sol y para obtener otros tipos de energía de estaciones nucleares o de aprovechamiento del carbón.

Llegar a centenarios

Los próximos 25 años se caracterizarán por la prolongación de la vida, una mejor salud y un papel más importante de las mujeres.

"Con la eliminación de muchas enfermedades, una buena salud mantenida hasta edades muy avanzadas o incluso un retraso del propio proceso de envejecimiento, cabe esperar cambios graduales en los aspectos laboral, educativo, de pensiones, de seguros y de beneficios" dice Geoffrey Calvert, economista y actuario de seguros canadiense. Las previsiones del Gobierno de Estados Unidos son que las expectativas de vida para el año 2033 aumentarán en cuatro años; 74,4 para los hombres y 82,7 años para las mujeres. De todas formas, Calvert y otros creen que no será extraño encontrar gente de 110 y más años.

La gente seguirá trabajando después de los 65 años, e incluso muchas personas de edad avanzada recibirán formación en otras profesiones, y muchísimos mayores serán contratados para enseñar a los jóvenes.

Las innovaciones en salud pública empezarán a verse muy pronto:

- En el año 2000 habrá dispositivos en miniatura para la muñeca que detectarán enfermedades e incluso podrán influir en el metabolismo y en otras funciones del cuerpo.

- Habrá drogas que limpiarán las arterias y evitarán los ataques al corazón.

- La utilización de los trasplantes de vasos sanguíneos, corazones y riñones artificiales será una práctica generalizada.

- La mayoría de las formas de cáncer serán evitadas mediante vacunas.

Las vidas de las mujeres, y las de sus familias, cambiarán aún más. La proporción de madres jóvenes que trabajen fuera de casa seguirá aumentando, lo que hará que los hombres participen más en el cuidado de los hijos.

Otra posibilidad es que habrá más gente que trabaje en casa con un ordenador, lo que hará factible el ganarse la vida y estar cerca de la familia.

Gran parte de la educación se recibirá en casa. Los educadores contemplan la posibilidad de dar clases mediante ordenador en casas, hospitales y lugares de vacaciones, mientras los educadores permanecen a miles de kilómetros, aunque son pocos los que creen que el aprendizaje mediante ordenador pueda compensar la falta de contacto directo entre profesor y alumno.

"Comparándola con un profesor eficiente y unos alumnos interesados, la tecnología educacional quedaría en un mal lugar", dice James Hall, presidente del Empire State College, de Saratoga Springs (Nueva York).

Trabajos más gratos

Las máquinas y los trabajadores extranjeros reemplazarán millones de puestos de trabajo en Estados Unidos. No obstante, habrá trabajo suficiente para la gente especializada en las ocupaciones del futuro.

El Departamento de Trabajo predice para 1995 un incremento neto de 25 millones de puestos de trabajo en Estados Unidos, aumentando los relativos a la industria de servicios tres veces más rápido que los puestos de las fábricas. "El trabajo pasará, de estar basado en la fatigosa y monótona cadena de producción, al aspecto más interesante y gratificante de los centros de servicio electrónico, el estudio de diseño, los laboratorios de investigación, las instituciones de estudio y las escuelas de formación profesional", preconiza el economista canadiense Calvert.

Los trabajos en el campo de la `alta tecnología se multiplicarán más rápidamente, pero siempre serán a escala reducida. La gran oleada de trabajos se producirá en ocupaciones más mundanas (vigilantes, cajeros, secretarias, camareros y dependientes), pero la mayor parte de los trabajos duros la realizarán los robots.

El número de robots que realizan labores burocráticas aumentará, de 3.000 que había en 1981, a 40.000 en 1990, dice John E. Taylor, de la Resources Research Organization. Probablemente habrá robots en zonas de guerra, en el espacio, e incluso en las oficinas, haciendo café, abriendo el correo y recibiendo recados.

Un problema sin resolver: ¿qué pasará con los obreros desplazados por la alta tecnología y la competencia extranjera? "En todo el mundo empieza a aceptarse cada vez más como una realidad entre los planificadores sociales la idea de un incremento permanente del desempleo", dice David Macarov, profesor adjunto de la Universidad hebrea de Jerusalén. Mientras tanto, el tiempo que la gente pasa trabajando es muy probable que también se siga reduciendo. Robert Theobald, autor de Avoiding 1984 (Evitando 1984), teme que el desempleo conduzca a un incremento de las depresiones, las amarguras y las angustias. "Las consecuencias de un cambio tal en la psique occidental, que hace del trabajo el medio de valorar a los seres humanos, son casi incalculables", dice.

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