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Reportaje:LA RECONVERSIÓN MORAL DE UN EDIFICIO

El sacrificio de las 13 rosas' y más

En la madrugada del 5 de agosto de 1936 un pelotón de fusilamiento ejecutó a más de 60 menores, miembros todos ellos de las Juventudes Socialistas Unificadas, a quienes se les imputó, sin pruebas, el asesinato del comandante Gabaldón, un quinta columnista encargado del archivo de la masonería y el comunismo.Once de los ejecutados menores de edad eran mujeres. Pocos días después se fusiló a dos más. Con éstas fueron 13 el número con que la oposición encabezó el apelativo dedicado a las primeras mujeres que padecieron ejecuciones sumarias por su contribución a la República. Para la historia son las 13 rosas, para sus compañeras prisioneras de la cárcel de Ventas y Sol, el destino que las acechaba.

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Ésa fue la referencia para Teresa Marrón o Clotilde Alonso. A la enfermera Teresa - 1947- se le acusaba de complicidad con el comisario de Sanidad de Madrid y por esa causa o con la intención de que delatara a sus antiguos compañeros de trabajo le aplicaron corrientes eléctricas en el pubis y sexo durante 10 días en los bajos de Sol.

Clotilde Alonso sufrió una doble condena. Permaneció 18 años de su vida esperando a su esposo que cumplía cadena perpetua en Burgos y visitó en dos ocasiones las celdas de Sol. En 1948, por participar en una rifa clandestina para recoger fondos. Permaneció 72 horas expuesta a los insultos. En 1952 y por la misma causa, tres días. Sólo la pegaron unos culatazos para que delatara sin éxito a unos compañeros de Comisiones.

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