EE UU prefiere el espectáculo del fútbol sala
La situación del soccer profesional estadounidense -el fútbol europeo-, comparada con la de sus colegas alrededor del mundo, es agonizante. Pero las patadas al balón seguirán en Estados Unidos. La competición tradicional, con 11 jugadores en estadios al aire libre, se concentra en la North American Soccer League (NASL). La NASL está en crisis. Su contrapartida, la liga de fütbol sala MISL (Major Indoor Soccer League), está en auge. La NASL contaba con 24 equipos hace cuatro años, y ahora sólo tiene ocho, y con graves problemas económicos. El fútbol sala ha crecido hasta 14 equipos, y sus responsables intentan conseguir grandes beneficios económicos potenciando el espectáculo.
La lucha en el fútbol estadounidense se ha centrado entre dos concepciones distintas, lo tradicional y lo nuevo. De momento el fútbol sala está de moda, y amenaza dominar el deporte del balompié como un tumor maligno.El fútbol sala estadounidense es distinto al europeo. Tiene una concepción y unas reglas nacidas del gusto por el espectáculo en este país. Los equipos están formados por seis jugadores, que juegan en pistas de hockey sobre hielo especialmente acondicionadas. Las reglas son una extraña mescolanza de hockey y fútbol. En el centro del terreno de juego existen tres zonas con 10 metros de distancia entre cada una. Un pase de un extremo a otro del campo no se permite, a menos que el balón rebote una vez dentro de la cancha. En cambio, no existe el fuera de juego y los delanteros pueden convertir se en auténticos guardaespaldas del portero rival.
La idea es perfecta para la mentalidad estadounidense, que exige mucha acción y resultados abultados. En muchas ocasiones hay más goles en un solo partido que en toda la jornada de la Liga española. No se concibe el fútbol defensivo, el fútbol miedoso. En la pasada temporada se marcaron 2.827 goles en 288 partidos, lo que significa un promedio de 9,8 goles por encuentro.
Un negocio
Tres de los 12 equipos de la pasada temporada cerraron, al quebrar económicamente. Pero el fútbol-sala se ha convertido en un buen negocio comparado con el fútbol tradicional o con cual quier otro deporte de este país Los gastos no son tan enormes. El salario promedio de los futbolistas es de 12.000 dólares (unos dos millones de pesetas), muy lejos de los 60.000 dólares (unos 10 millones de pesetas) que cobran de promedio los jugadores de baloncesto de la Liga profesional NBA.Trece de los equipos de fútbolsala tienen ya contratos con sus cadenas de televisión locales, y los dueños de los equipos creen que en poco tiempo lograrán un contrato con una emisora de ámbito nacional. Este contrato les asegurana unos ingresos de un millón de dólares (166 millones de pesetas). El fútbol-sala se ha creado con ese objetivo. A diferencia del fútbol tradicional, el de sala parece hecho a medida para la televisión. El campo de juego cabe en una pantalla y el partido se puede interrumpir constantemente para los anuncios publicitarios, cosa que la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociación) no permitiría jamás.
En Estados Unidos muchos creen que el fútbol sala es el futuro, que se ha convertido en una enfermedad incurable. En Cleveland, por ejemplo, la entrada mejoró el año pasado de 6.609 es pectadores por partido a 13.674 Los beneficios de taquilla suma ron dos millones de dólares y los ingresos brutos llegaron a los 3.300.000 dólares (unos 541 millones de pesetas). Para este año ya se calculan unos ingresos de cuatro millones.
La liga de fútbol-sala tiene tanta confianza en su porvenir que algunos de los dueños de los equipos ya se han pronunciado en contra de la NASL y de la federación nacional (United States Soccer Federation) lo que significa ignorar por completo las órdenes de la FIFA.
La crisis de la tradición
Los enfrentamientos entre los amos de las dos competiciones ya han comenzado. La selección estadounidense y la fase clasificatoria para el Mundial de 1986 son la espoleta que puede hacer estallar el conflicto. La liga de fútbol sala finalizá el 14 de abril, tras 48 jornadas, y la final se jugará el 1 de junio. La selección tiene sus partidos clasificatorios el 15 y 19 de mayo contra Trinidad-Tobago, y el 26 y 31 del mismo mes contra Costa Rica. Nadie ha dado seguridades a la federación de que los jugadores de la liga de fütbol-sala estarán disponibles para dichas fechas.El comienzo de la liga al aire libre, la NASL, deberá aplazarse hasta mediado el mes de junio, sin tiempo para que los jugadores de sala se readapten. La NASL se niega a reducir su calendario: "No podemos jugar en un período de tiempo más corto", dijo Foreman.
Si el fútbol está grave, el Cosmos, el equipo estrella de Estados Unidos, está fatal. Este verano vivió la peor temporada desde que juega en la hierba artifÍcial del Giants Stadium, en las afueras de Manhattan, en Nueva York. El Cosmos marcó sólo 43 goles -18 menos que el líder- y encajó 42. Por primera vez desde 1975, el Cosmos no llegó al play off final. Según el sistema de puntuación de la NASL, el Cosmos necesitaba sólo dos goles -no dos victorias- en los tres últimos partidos, y ni siquiera marcó un miserable penalti.
Lo que antaño fue glorioso, con figuras como Pelé y Beckenbauer, ha acabado como una imitación barata hecha en Hong Kong y rechazada en Nueva Jersey, su lugar de residencia. La entrada bajó desde un promedio de 27.242 espectadores en 1983 a 12.896 en 1984. El patrón, la Warner Communications, vendió el 60% del equipo a mitad de temporada. El italiano Giorgio Chinaglia y otros inversores fueron los compradores, que recibieron también todas las de udas del equipo. Chinaglia comparte la dirección del Cosmos con la del Lazio de Roma, que también ha pasado a sus manos.
El desastre
Los fichajes se han realizado a base de dinero, y ese es el máximo estímulo que quieren los jugadores. Dos de los mejores, Chico Borjas y el internacional polaco Stan Terlecki, no renovaron porque querían reducirles el sueldo entre un 25 y un 50%. Los buenos que quedan, como Neeskens y el goleador paraguayo Roberto Cabañas, se niegan a jugar al fútbol-sala. El público de Nueva York sólo se mueve con atletas de renombre, y estas bajas van a repercutir. Si en la próxima temporada no hay una entrada promedio de 8.000 espectadores, puede ser que el Cosmos no llegue al verano."Esta temporada fue una gran aventura para mí", comentó Terlecki, ahora en el paro. "Hace tres años, el Cosmos era el Cosmos, pero ahora ya no sé ni deletrear su nombre. Deberían cambiarle el nombre, porque ya no representa al universo".
La NASL es un paciente en coma profundo que necesita un poco de misericordia, pero nadie sabe cómo desenchufar el pulmón artificial. Desde sus comienzos, hace 17 años, ningún equipo ha ganado dinero. En 1983, el último año del que se conocen las cifras, se perdieron 24 millones de dólares (casi 4.000 millones de pesetas).
La NASL no tiene estructura formal. Sólo Vancouver, Toronto, Nueva York, Minessota y Tampa Bay quieren jugar en 1985. Golden Bay está a punto de quebrar, y vendió a sus goleadores al equipo de San Diego que, junto al Chicago, se han decidido por ingresar en la liga de fútbol-sala.
La NASL por no tener, no tiene ni campeón. Chicago le ganó los dos partidos finales a Toronto, por 2-1 y 2-3. Tras conquistar el título, y en agradecimiento, los dueños anunciaron que se quedaban en la MISL hasta que aparecieran más de 8.352 espectadores en las gradas.
El futuro se decidirá en una serie de reuniones que se mantendrán en el próximo invierno. Hay ciudades interesadas en patrocinar un equipo y es posible que la liga tenga una temporada de 20 a 22 jornadas. Se está estúdiando también la inclusión de algún equipo de México.
"Estamos bajo cero", dijo Clive Toye, presidente del Toronto y portavoz del fútbol tradicional. "Estamos lavando nuestra ropa en casa; pagando nuestras cuentas, despidiéndonos de ciertas personas, pensando mucho y tomando decisiones diriciles. No queremos ser lo que no somos. Pero no estoy preocupado por el futuro del fútbol profesional".
El fracaso del fútbol de 11 jugadores no acaba de entenderse. Más de 101.000 espectadores presenciaron la final olímpica entre Francia y Brasil. Es el deporte juvenil más popular, con cinco millones de jugadores, y en todos los colegios de práctica. A nivel universitario, hay 535 equipos, 106 más que ocho años atrás y 208 más que en 1966.
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