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Kinnock advierte a la izquierda radical que sus 'payasadas' ponen en peligro a los laboristas

Altos dirigentes del congreso sindical y del Partido Laborista han iniciado nuevos contactos sobre el futuro de la huelga del carbón, que en marzo cumplirá un año, mientras el líder de la oposición, Nea Kinnock, ha advertido a su izquierda radical que sus payasadas pueden poner en peligro una victoria laborista en las próximas elecciones generales.

Kinnock acudió ayer a la sede del Trade Union Congress, el máximo organismo sindical británico, para celebrar conversaciones con el secretario general de la organización sindical, Norman Wills, y otros altos ejecutivos sindicales sobre la forma de conseguir un relanzamiento de las negociaciones entre el sindicato nacional minero y la empresa nacionalizada del carbón que ponga fin a la huelga de casi un año de duración y que ha costado más de 5.000 millones de libras (aproximadamente un billón de pesetas) a la economía británica.Sin embargo, y a pesar de que por primera vez desde finales del pasado año se han registrado contactos oficiosos en la mañana del lunes entre el secretario general del sindicato minero, Peter Heathfield, y un funcionario de la National Coal Board (empresa del carbón), las posiciones siguen enconadas. En una entrevista en el programa de la BBC, This week, next week, con el conocido periodista David Dimbledey, el presidente del sindicato minero, Arthur Scargill, declaró que preferiría "caer luchando que renunciar a la batalla para salvar la industria minera y sus puestos de trabajo". Pero añadió que su sindicato estaba dispuesto a reiniciar conversaciones con el National Coal Board "sin condiciones previas".

Entre tanto, las divergencias entre Neil Kinnock y los 16 diputados laboristas pertenecientes a la izquierda radical de su partido, que protagonizaron un incidente en la Cámara de los Comunes la pasada semana al interrumpir la sesión durante 20 minutos, han salido a la luz pública el pasado fin de semana. En una entrevista con el comentarista Brian Walddn, Kinnock advirtió al grupo de diputados, encabezados por el radical Tony Benn, que con sus payasadas estaban poniendo en peligro una victoria laborista en las próximas elecciones generales.

El ataque de Kinnock fue de una dureza sin precedentes. "No estoy hablando a niños a quienes hay que azotar para que se porten bien. Estoy dispuesto a tratarles como adultos, como personas conscientes que quieren ganar (las próximas elecciones). Pero para esto es necesario aceptar una estrategia destinada a ganar las elecciones. Sin esa estrategia y sin un verdadero deseo de traducir nuestra política en hechos sólo se puede hablar de actuaciones autocomplacientes, de entretenimiento, o de un hobby por el que, además, reciben un sueldo". La advertencia de Kinnock no ha causado la más mínima mella en la izquierda radical laborista, que ha anunciado que continuará creando dificultades en el normal desarrollo de las sesiones de la Cámara de los Comunes hasta que se debata en el Parlamento el tema de la huelga minera.

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