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Las expulsiones en el REA reabren los conflictos entre la profesión auditora en España

La invitación efectuada el pasado viernes por el Registro de Economistas Auditores (REA) para que las firmas multinacionales Peat Marwick y Price Waterhouse abandonen el registro, supone la apertura de un nuevo episodio, de importantes dimensiones, en la crisis que desde hace tiempo afecta a la profesión auditora.

Los auditores están escindidos entre economistas, integrados en el REA, y censores jurados de cuentas, agrupados en su propio Instituto, con las firmas multinacionales dentro del REA, pero como jueces, de alguna forma, del largo contencioso.El viernes, día 18, se reunió el consejo directivo del REA, integrado por 11 miembros, seis economistas nombrados por el Consejo General de Economistas, y cinco profesionales de firmas multinacionales. Se trataba de examinar el hecho insólito de que dos socios de multinacionales asociadas al REA, Price Waterhouse y Peat Marwick, habían decidido presentarse en una candidatura para la renovación parcial de cargos en el consejo directivo del Instituto de Censores Jurados de Cuentas (ICJC). Tras acalorada discusión, se procedió a votar la propuesta del presidente del REA, según la cual las firmas a las que pertenecen esos dos socios debían abandonar el registro.

En la votación, los seis economistas votaron a favor de la expulsión, mientras los cinco representantes de las firmas multinacionales (Arthur Andersen, Price Waterhouse, Erns & Whinney, Peat Marwick y Touche, Ross) votaban en bloque en contra. Un ajustado seis a cinco, que amenaza partir por la mitad al Registro de Economistas Auditores.

La crisis en la profesión auditora parece haber dado así un nuevo paso al frente, lejos ya los días en que el REA se presentó como el embrión de un proyecto integrador en el que podía embarcarse toda la profesión, incluidos los censores jurados. Para las firmas afectadas, la presencia de sus socios en la candidatura del ICJC lo es "a título personal y no de empresa, en la creencia de que las firmas podemos estar representadas en los dos estamentos, con el ánimo de agrupar a ambos colectivos".

Para Gerardo Ortega, presidente del REA, el registro "exige a rajatabla el cumplimiento de su reglamento interno. La decisión de esas firmas de incorporar candidatos en la candidatura oficialista del ICJC ha sido interpretada por el REA como un posible intento de eludir los controles, que impone nuestra normativa. Su acción no contribuye a resolver los problemas de la profesión, sino todo lo contrario. Por eso les hemos invitado a marcharse".

El primer episodio de una cierta desilusión existente en tomo al REA lo constituyó la espantada, en la primavera pasada, de Espacontrol, una firma española integrada en el pelotón de las grandes. En opinión de algunos profesionales ajenos a ambos colectivos, "el REA no ha servido para regular la profesión". Para tales profesionales, el Registro está controlado por el Consejo General de Economistas, de forma que escapa al control de los profesionales de la auditoría. Más de 80 socios de firmas multinacioales han entrado en el ICJC, tras la política de puertas abiertas de este instituto.

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