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Reportaje:

La dinastía de los Baret

Padre, madre e hijo han pasado ya por la cárcel

, La historia del matrimonio Baret es una pugna constante por alcanzar el reconocimiento de la burguesía catalana. Desde la candidatura del marido al primer sillón del FC Barcelona o la presidencia del Salón del Deporte y Camping, pasando por los partidos de golf en familia en los green de la Costa Dorada, hasta los chalés de Sitges con mayordomo de guante blanco o la compra de la finca Arroyomolinos en Móstoles, para ser vecino de caza de Franco, todo estaba encaminado a poder codearse con lo más granado de la jet set.

Sin embargo, la crisis de sus negocios, la empresa CEPANSA (del ramo textil) en la que tenía participación, y varios reveses financieros que se sitúan en 1971, dieron al traste con ese afán, e hicieron necesaria la venta de algunas de sus propiedades. El mayordomo y las camareras fueron sustituidos por una asistenta y se dejó de pagar la cuota del club de golf. Se intentó mantener las apariencias aunque la nevera estuviera tristemente vacía. En 1976, el hijo mayor de los Baret era fichado policialmente por primera vez. Tres años después, la policía buscaba al padre y al hijo.

Por el deporte hacia el 'pedigree'

Pedro Baret Sabater nació el 16 de junio de 1925. Su padre ayudaba a su abuelo en una tienda de cuerdas de cáñamo y repartía periódicos. Luego fue contable en la Asociación Mercantil Española y, finalmente entró en CEPANSA donde fue apoderado general. Su madre murió siendo un niño, al estallar una lámpara de acetileno que prendió en su cuerpo. Cuando hizo las prácticas de milicias en el Batallón de Montaña Albuerá 2, en el Pirineo, conoció a Carmen Herrero, hija del teniente coronel mayor de la unidad, con la que se casaría poco después. El matrimonio tuvo siete hijos, de los que viven seis, pues Jorge, al que llamaban Cuqui, murió también en un incendio que se produjo en su domicilio de Balmes-Mitre, en Barcelona.En la actualidad, la pareja está separada de hecho, aunque no de derecho. La relación que han mantenido ambos durante muchos años ha sido calificada como "tormentosa" por amigos comunes. Aunque desde que Baret salió de la cárcel en 1983, apenas se han visto. Sin embargo, el pasado miércoles, Pedro Baret dejó el balneario catalán en el que estaba alojado y a una amiga francesa y fue hasta la Jefatura Superior de Policía de Barcelona, donde en presencia del responsable del Grupo de Estafas, saludó a su esposa y charlaron durante unos minutos cordialmente.

Pedro Baret, de 60 años, fue vicepresidente del FC Barcelona con Narciso de Carreras, optando en 1968 a la presidencia del fútbol azulgrana, siendo derrotado por Agustín Montal por un estrecho margen de votos. Fue un duro opositor del montalismo, desarrollando fuertes campañas y autodenominándose presidente del Barcelona en el exilio. Fue también presidente del Salón del Deporte y del Camping, hasta que Juan Antonio Samaranch lo arrinconó y lo despachó con una medalla y el agradecimiento por los servicios prestados. Baret tuvo la ocurrencia de regalarle una barretina a Franco en una audiencia concedida al comité organizador del certamen, en 1968.

En medios financieros, se le tenía por un personaje esnob, amante del whisky y de las correrías, rechazándole en algunos círculos por su calidad de nuevo rico. Hizo su dinero en negocios inmobiliarios y gracias a una financiera, heredada de su padre. Sin embargo su gran tren de vida del que participaba su familia, hizo declinar su estrella. Aún en 1978 pudo ser recibido por Adolfo Suárez en la Moncloa de la mano del empresario Antonio Van de Walle.

Lector de biografías de Al Capone

Su nombre aparece de nuevo en los periódicos en 1979 junto al de su hijo mayor Pedro Baret Herrero, con quien le ha unido desde siempre una buena relación. Baret Sabater fue acusado por la policía de ser el principal implicado en una presunta estafa al Banco Central por valor de más de 500 millones de pesetas. Se trataba de una operación triangular montada con la excusa de recabar fondos para la UCD, ante la inminencia electoral. Los Baret, junto con el empleado bancario Ramón Martí Guardia, promovieron una operación para captar pasivo ofreciendo el desorbitado interés del 23% con la garantía de una libreta de ahorro del Banco Central en la que se reflejaba el 8% legal que se ofrecía entonces a los impositores. El extratipo, 12% para el cliente y el 3%. para el intermediario, era descontado del total en el momento de la imposición. Ante lo atractivo de la operación, varias entidades de ahorro y una multinacional se interesaron por ella. La Caixa - abrió una cuenta en el banco por 400 millones. Al descubrirse la estafa, los Baret huyeron de España.Al año siguiente, poco antes de Navidad, el 21 de diciembre de 1980, fue detenido por la Interpol en la Alta Saboya y, tras pasar por la cárcel de Figueres, ingresó en la Modelo. Allí se convirtió en un auténtico padrone, respetado por los presos. Según él, porque tras ser humillado por un funcionario -le hizo desnudar para ridiculizarle-, le miró fijamente a los ojos y le amenazó con tal contundencia que dejó atónita a la galería. De aquellos días se cuentan las más increíbles anécdotas. Lo cierto es que, a pesar de haber más de 2.000 personas en la Modelo, tenía una celda para él solo y la cama a punto para cuando fuera su hijo. Hace poco más de un año fue puesto en libertad provisional y su abogado no espera que se vea su caso durante 1985. Ha escrito un libro titulado Mi verdad y algo más, escasamente creíble.

Pedro Baret Herrero, de 31 años, es el mayor de los hijos del matrimonio. Más fisto que inteli gente, con un bagaje cultural muy limitado, no llegó a terminar el bachillerato, y fue expulsado del colegio Padmos. Lector impenitente de El guerrero del antifaz y Roberto Alcázar y Pedrín, es calificado de mitómano por quienes le conocen "Ha devorado todas las biografías de Al Capone", comenta alguien que le conoció bien. Y, por increíble que parezca, delante del actor Carlos Ballesteros, dijo al ser preguntado sobre su futura profesión, a los 18 años: "Quiero ser gánster" Y sonriendo, cogió bajo el brazo un jarrón familiar de plata. Un comportamiento tan extraño como el reflejado ante un conocido peletero, cuando se presentó con un par de abrigos de zorro de su madre e intentó venderlos diciendo que era un cazador canadiense.

Por aquellos días se marchó de casa, con la intención de ser un hippy de cinco estrellas. Estuvo un tiempo en Suiza y después se alistó en la Legión aunque su familia pudo rescatarlo, alegando problemas psíquicos. Entró a trabajar en la Banca López Quesada y asegura que allí se dio cuenta de "las posibilidades del sector". En 1976 tras varias trapisondas que tapó la familia, fue detenido por primera vez por intentar chantajear al barón de Bagur, viejo amigo de su madre. Se le encontró en su domicilio una pistola, unas medias y unas caretas.

A los 23 años se casó con Montserrat Millet, casi 11 años mayor que él. La situación acomodada de su esposa Pat Millet, gracias a la herencia familiar, le permitió intentar nuevos proyectos. Primero obtuvo 15 millones para hacer un negocio Luego con su mujer y su padre marcharon a Costa Rica, donde vivieron ocho meses en un hotel y varios meses más en una casa alquilada Fueron días irrepetibles, con extrañas visitas de ciudadanos italianos y norteamericanos, acercamiento a un industrial catalán apellidado Pujol (que había hecho su dinero con la importación de uralita) para introducirlo en sus componendas, y el intento de conquistar a su hija por parte de Baret padre. Aquello no funcionó y Baret Herrero, una vez en España, insertó anuncios en Prensa ofreciendo altas rentabifidades con garantía bancaria. En realidad, un ensayo piloto de su posterior estafa, con la complicidad de un empleado de una agencia del Banco de Bilbao. La entidad los denunció

Baret estuvo en la cárcel, pero salió muy pronto. Su mujer pagó la fianza y después se separó de él. En realidad, la despedida fue surrealista, con Baret hijo amenazándola con la pistola y luego con el suicidio. El número se completó con un tubo de optalidones y un trago de whisky en la puerta del chalé de Sant Pere de Ribes (Barcelona). Ahogó sus penas en Ibiza, tirando de yate y Rolls y divirtiéndose con la princesa Meralda, cuñada de Humberto Agnellí, patrón de Fiat. Entonces planeó la historia triangular con la que estafó 500 millones.

Obtenida la libertad provisional, puso en marcha un nuevo trabajo. Consistió en la falsificación. de pagarés bancarios, junto con otras personas, entre ellas un apoderado del Banco Urquijo-Unión, que puede alcanzar los 300 millones. Fue detenido en diciembre pasado cuando intentaba cruzar la frontera en un taxi andorrano. De nuevo, los apoderados vendían los pagarés a chentes conocidos con el atractivo de ofrecer intereses superiores a los del mercado. El dinero obtenido iba directamente a su bolsillo.

El día en que la mama blandió la espumadera

Carmen Maruja Herrero, hija de militar, de 58 años, fue una mujer muy bella. Conserva toda su elegancia y siempre va de punta en blanco, vestida de firma. Le preocupa su tendencia a engordar y el dinero, y muestra su animadversión por el fútbol, al que atribuye algunos de los males que le han ocurrido a la familia. Le gusta llevar un gran tren de vida, lo que la llevó incluso a hipotecar una esplendida esmeralda, y añora los años de su chalé de Sitges cuando su mayordomo, con ademán inglés, le proponía riñones al jerez con una copita de Oporto para el desayuno. Entre sus aficiones está el bingo.Con un gran ascendente sobre sus hijos, ha intentado cuidar en todo momento las formas. Incluso en los peores momentos ha ido siempre con la cara alta. Su nombre salió por primera vez en los periódicos cuando se comió un talón sin fondos de su hijo, incluida la grapa, delante de la atónita mirada del director de la sucursal bancaria. Pudo ser denunciada por ocultación de pruebas, pero al final no lo fue porque el juez entendió que había actuado por amor de madre. Como tampoco fue denunciada por su nuera Pat cuando, tras irse de su casa en Sant Pere de Ribes, ésta intentó recuperar sus joyas, sus pieles, sus vestidos, sus recuerdos y su dinero, que habían cambiado en pocos días de domicilio. Cuando llamó a la puerta de Carmen Herrero, ésta se negó a entablar ningún diálogo, echándola de casa mientras blandía una espumadera de aluminio y lanzaba toda suerte de improperios.

En la actualidad, tiene una boutique en la calle de Nuevo Méjico, en la zona alta de Barcelona, denominada Peppo. Posiblemente, es una de las más caras, donde pueden adquirirse modelos exclusivos de Saint Laurent, Cardin o Valentino por 400.000 o 500.000 pesetas. Aunque su abogado defensor insiste en que está convencido de su inocencia, el pasado día 18 el juez Manuel Sáez Parga declaró su ingreso en prisión, tras descubrir la policía que había firmado letras de favor a nombre de José Antonio Bayeras por 15 millones de pesetas, avaladas con 20 pagarés falsos de un millón cada uno.

Pedro Baret Sabater, Pedro Baret Herrero, Carmen Herrero Torrellas. Una singular dinastía, capaz siempre de un más difícil todavía. Hace poco corrió el rumor de que Baret padre se iba a hacer cartujo. Seguramente para meditar sobre el último significado de una frase dicha a un periódico: "Mi gran riqueza es que el dinero no me interesa".

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