El Hispano Americano pedirá mañana ayudas al Banco de España por valor de 45.000 millones de pesetas
Las negociaciones entre los responsables del Banco Hispano Americano y del Banco de España para la renegociación de las ayudas recibidas en 1983 para sanear el Banco Urquijo-Unión comenzarán mañana, martes, y la posición de partida de los hombres de Alejandro Albert se concreta en conseguir ayudas por un equivalente a 45.000 millones de pesetas y lograr así la mayor neutralidad posible para el adquirente. El Banco de España propondrá una corrección a estas ayudas, de cara a que el que fuera el mayor accionista minoritario del Urquijo corra con una parte del coste del saneamiento de dicho banco.
Desde el anuncio del Banco Hispano Americano de que no repartiría dividendos con cargo a los resultados de 1984, hasta el inicio formal de las negociaciones para la redefinición de las ayudas a recibir para sanear el Banco Urquijo-Unión, los expertos del tercer banco del país han ocupado su tiempo en cuantificar las necesidades financieras que tienen para llevar a buen puerto el plan de saneamiento diseñado hace ahora dos años.Si a lo largo de 1983 los planes se fueron cumpliendo con cierta exactitud, 1984 ha supuesto reconocer que se habían modificado las condiciones generales del mercado y que las cosas no marchaban igual. De hecho, el Urquijo-Unión cerrará el ejercicio de 1984 con unos beneficios de explotación de unos 1.000 millones de pesetas, a los que habrá que sumar algo más de 2.000 millones suplementarios por venta de activos de la entidad. Unos resultados exiguos para poner en rentabilidad operativa al Urquijo-Unión dentro de tres años, que es cuando vence el periodo de exención de coeficientes y empiezan a tener que devolverse las ayudas ya recibidas.
Ayudas de dos orígenes
Las ayudas que ahora se van a tratar de conseguir tienen dos orígenes distintos; por un lado se encuentran las ya aceptadas en su momento por el Banco de España -pérdidas en operaciones de moneda extranjera superiores a 3.000 millones de pesetas, que es lo que se detectó en 1983-, y por otro, la actualización y renegociación de las ayudas cerradas y en firme que se acordaron en aquel momento y que, en principio, no tenían ningun tipo de claúsula de revisión. Se trata de los créditos a bajo interés recibidos por el Banco Urquijo y Bankunión y el periodo de exención de coeficientes.La cuantificación realizada por los expertos del Banco Hispano señala unas ayudas equivalentes a 45.000 millones de pesetas adicionales a los ya recibidos en su día cuando el Hispano adquirió los dos bancos en crisis. La forma en que se instrumenten estas nuevas ayudas será el centro de la negociación, aparte, claro está, la cuantía total de estas ayudas ya que se da por seguro que la autoridad monetaria querrá implicar más a los nuevos propietarios en la apuesta de saneamiento.
Nuevos consejeros
Junto a este periodo de negociaciones se ha producido un movimiento del presidente del Banco Hispano Americano, Alejandro Albert, por cubrir antes de la junta general de accionistas las vacantes existentes en el consejo de administración. En este momento hay cinco vacantes producidas por el cese, por razones de edad, de cuatro consejeros en los últimos dos años (Francisco Urquia, Eusebio Bertrand, Eugenio Rodríguez Pascual y Luis de Usera) y por la muerte de Pedro Gamero del Castillo.El presidente del Hispano Americano ha mantenido conversaciones con Claudio Boada, actual presidente del Instituto Nacional de Hidrocarburos cuyo mandato expira en abril; José Luis López Sánchez, consejero de Banco Urquijo-Unión; Adrián Piera, empresario y presidente de la Cámara de Comercio de Madrid, y con el Commerzbank, principal accionista del Hispano, para que designe un consejero. Al tiempo, Alejandro Albert ha hablado con Juan Antonio García Díez, ex vicepresidente económico del Gobierno con Leopoldo Calvo Sotelo y en la actualidad presidente de Uralita, empresa vinculada a la Banca March, para su posible incorporación al consejo.
