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PERFIL

La sombra de Macbeth

La suerte no es una compañera de viaje en la vida de la princesa Margarita, única hermana de la reina Isabel II de Inglaterra, sometida el pasado domingo a una intervención quirúrgica en el Brompton Hospital, de Londres, para extirparle un trozo del pulmón izquierdo. Parece como si el lugar de su nacimiento, el castillo de Glamis, en las Highlands (Tierras Altas) de Escocia, hubiera sido premonitorio de su más tarde azarosa y hasta ahora infortunada existencia. Porque es precisamente en el castillo de Glamis donde Shakespeare situó el escenario de una de sus más famosas tragedias, Macbeth.Margarita fue internada en el hospital el pasado sábado, después de quejarse aparentemente de una fuerte opresión en el pecho. Calificada por sus íntimos de fumadora empedernida, parece que la princesa ha sufrido en otras ocasiones de bronquitis, como consecuencia de haber aumentado su ración diaria de cigarrillos de 40 a 60. Este aumento, según la prensa especializada británica, se debió a la supresión de toda clase de bebidas alcohólicas a raíz de una hepatitis sufrida el pasado verano.

Según un escueto comunicado del hospital tras la operación, la biopsia realizada en el trozo de pulmón resultó "inocente", un curioso término que parece indicar la inexistencia de células malignas en los tejidos analizados y cuya utilización ha supuesto una sorpresa para varios médicos y periodistas especializados consultados por EL PAIS. Si no se producen complicaciones -y por el momento no se esperan-, la princesa abandonará el hospital este fin de semana para trasladarse a su solitaria residencia en el palacio de Kensignton. Los hijos de Margarita, el vizconde Linley y lady Sarah Armstrong-Jones, que regresaron de Venecia para ver a su madre, no pudieron entrar a verla hasta el jueves.

Sin embargo, el hecho de que la reina Isabel II y la reina madre no hayan interrumpido sus vacaciones en Sandringham, condado de NorfoIk, indica que, salvo complicaciones, Margarita saldrá del hospital en la fecha prevista.

Su verdadero amor

De estatura mediana, ojos azules, pelo negro y unos dientes radiantemente blancos, tan comunes a la dinastía de los Windsor, Margarita era a los 16 años la niña mimada de sus padres, con una personalidad tan abierta y extrovertida que, en palabras de su padre, Jorge VI, "encantaba hasta a los pájaros". Fue precisamente a esa edad cuando Margarita conoció al hombre que, según sus íntimos, ha sido su verdadero amor: el corónel Peter Townsend, un aviador héroe de la legendaria Batalla de Inglaterra.Townsend casi doblaba a Margarita en edad y, además, era casado. El legendario aviador había entrado como caballerizo al servicio de Jorge VI después de recuperarse de las heridas sufridas a consecuencia de un derribo por parte de un avión alemán. Callado, de modales suaves y tranquilos y con un gran sentido de la organización, Townsend se ganó pronto el cariño de todos los miembros de la familia real. En Margarita el afecto se trasformó en amor después de un largo viaje a Suráfrica en compañía de sus padres. El romance se mantuvo en secreto durante varios años. Entretanto, Townsend consiguió el divorcio de su mujer, con la que se había casado durante la guerra. En junio de 1953, y pocos días antes de la coronación de su hermana como Isabel II, Margarita anunció a la familia su intención de casarse con Peter Townsend y recabé el oportuno permiso de la nueva soberana, permiso necesario en todo miembro de la familia real antes de cumplir los 25 años.

El obstáculo era el divorcio de Peter Townsend. En aquellos días era algo inaudito que un miembro de la familia real contrajera matrimonio con una persona divorciada. De común acuerdo, se envió una temporada al extranjero a Townsend y se le nombró agregado aéreo en Bruselas. Dos años después Margarita cumplió los 25 años y volvió a reiterar su petición.

La reina pidió consejo al Gabinete, presidido por el entonces sir Anthony Eden. El Gabinete informó en contra. La Iglesia anglicana tomó la misma posición, y la Prensa, como en el caso de Eduardo VIII, se dividió. El Times terminó con la polémica con un editorial decisivo. "La princesa Margarita es, le guste o no le guste, la hermana de la reina..., y si este matrimonio del que ahora se habla se consuma, la princesa habrá participado en una unión que un vasto número de súbditos de su hermana no consideran como un verdadero matrimonio", escribió el periódico en un editorial.

Poco después la propia Margarita anunciaba en un comunicado su decisión de renunciar a su matrimonio con Peter Townsend. Nada hacía prever entonces que 23 años más tarde, en 1978, Margarita se convertiría en la primera persona divorciada de la familia real británica al separarse de su marido, Antony Armstrong-Jones, nombrado por Isabel II conde de Snowdon poco después de su matrimonio.

La princesa intenta rehacer su vida y se casa con Armstrong-Jones en 1960. Los primeros años parece que lo consigue, pero la felicidad dura poco. Tony insiste en volver a su vida de fotógrafo y de productor de filmes de televisión, y poco a poco el matrimonio se distancia, hasta su separación en 1976 y divorcio en 1978.

El tercer romance de la princesa Margarita tiene como protagonista a Roddy Llewellyn, un cantante de pop 18 años más joven que ella. Tras varios años de relaciones, seguidos de cerca por la Prensa mundial, la relación se rompe al anunciar Llewellyn su intención de casarse con Tania Soskin, una escritora de temas turísticos.

A partir de entonces Margarita se ha refugiado en la soledad de Kensignton Palace, en su casa de las islas Vírgenes británicas y en las ceremonias oficiales. Quienes la conocen afirman que el drama en la vida sentimental de la princesa empezó el día que tuvo que renunciar a su héroe de juventud, Peter Townsend.

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