Polémico proyecto de ley sobre el castigo físico en las escuelas británicas

Los padres que deseen que sus hijos sufran castigo corporal por mal comportamiento en las escuelas tendrán que solicitarlo por escrito a las autoridades locales de educación o a los directores de los centros de enseñanza, según un proyecto de ley enviado por el Gobierno al Parlamento, que ha provocado ya una viva polémica.

Aunque el sistema del castigo corporal ha sido suprimido en un 15% de las escuelas británicas mientras que otro 10% está a punto de suprimirlo, el azote por medio de la cane o palmeta se practica todavía en el resto de las escuelas del Reino Unido. Y la práctica, pese a todos los pesares, goza de un reconocimiento casi general como ha demostrado una reciente encuesta a escala nacional en la que la mayoría de los padres y la Junta Nacional de Educación se han pronunciado a favor de la continuación de alguna forma de castigo corporal a los alumnos de escuelas primarias y secundarias.

El Gobierno se ha visto obligado a enviar el proyecto de ley al Parlamento para acatar una resolución del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de 1982 en la que se establecía que 1as convicciones filosóficas de los padres que se oponen al castigo corporal de sus hijos deben ser respetadas".

El proyecto de ley anunciado este fin de semana ha sido ya objeto de fuertes ataques por parte de los sindicatos de maestros y de los partidos de la oposición. Fred Jarvis, secretario general del Sindicato de Maestros, ha manifestado que "más que resolver problemas disciplinarios, el proyecto de ley los hará más agudos".

Por su parte, Tom Scott, secretario de la Asociación de profesores opuestos al castigo físico, ha declarado que si la ley se aprobase "crearía un sistema de apartheid disciplinario".