Los partidos de Roca y de Garrigues firmarán su acuerdo poco antes de las elecciones
El acuerdo preelectoral entre Convergencia Democrática (CDC) y el Partido Reformista Democrático (PRD) para las elecciones legislativas de 1986, sólo explicitará que Miquel Roca es el candidato de ambos partidos a la presidencia del Gobierno español y no se firmará hasta poco antes de las elecciones. No habrá, definitivamente, ni coalición electoral ni federación de partidos. Pese a la importancia del asunto, el grado de colaboración entre ambos partidos no será abordado en el VII Congreso de CDC, que hoy se inicia en Barcelona y en el que no se esperan especiales sorpresas.
El congreso se presenta como superador de antiguas divisiones internas, cerradas tras la aplastante victoria en las últimas elecciones autonómicas, que polarizaba al partido entre los seguidores de Miquel Roca y los de la vieja guardia, aliada ésta, en razón del enemigo común, con Ramón Trias Fargas, el presidente de CDC, quien procede de otro partido, Esquerra Democrática, integrado en Convergéncia en 1978.
En palabras de un dirigente de CDC, con este congreso se trata únicamente de "cumplir un trámite estatutario", mientras que para el secretario general, Jordi Pujol, es el momento de "evidenciar ante la opinión pública catalana la unidad del partido".
Fórmula de colaboración
Pese a la importancia del tema de la articulación con el PRD, está previsto que los congresistas acaben delegando en el comité ejecutivo entrante la fórmula concreta de colaboración que se deba suscribir ante las próximas elecciones legislativas con el PRD, que preside el liberal Antonio Garrigues Walker.Los dirigentes de CDC y del PRD, un partido que nace desde el. impulso de Convergéncia y alrededor de la persona de Miquel Roca Junyent, suscribirán inmediatamente antes de las próximas elecciones su colaboración.
Ha sido personalmente Jordi Pujol quien ha decidido finalmente la escueta fórmula de colaboración: ambos partidos suscribirán un estricto documento anunciando el apoyo conjunto a la posterior candidatura de Miquel Roca a la presidencia del Gobierno.
Esta fórmula, que en definitiva se limita a un respaldo común a una persona y no es un pacto formal entre partidos, se considera la única posible para que Minoría Catalana conserve su Grupo Parlamentario en el Congreso de los Diputados, después de conocer varios dictámenes jurídicos sobre las diversas interpretaciones del Reglamento del Congreso.
Aunque los sistemas electorales no son comparables, el pacto tiene cierta similitud con la fórmula francesa, en la que los partidos con peores resultados en la primera vuelta de las elecciones presidenciales apoyan para la Presidencia de la República, de cara a la segunda vuelta, desde su total independencia, a uno dé los candidatos ajenos. "Nadie duda en Francia", manifestó un dirigente convergente, "que socialistas y comunistas son dos partidos independientes, y sin embargo apoyan un mismo candidato, como pasó en 1981 con François Mitterrand".
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