'Muera 84', los cables cruzados
Con esto de los vivas y los mueras a los años que vienen y van, a Televisión Española se le han cruzado los cables. Tres cuartos de hora antes de que la primera cadena nos ofreciera, con fastos de cabaré añejo, su Viva 85, ilustrado con las actuaciones de artistas que, en su mayor parte, arrastran la supervivencia a lomos de glorias pasadas, finalizaba en el segundo canal Muera 84, un obligado refrito de actuaciones ya emitidas al que su director, Carlos Tena, debió verse obligado a acudir ante la evidente falta de presupuesto."Esto es lo que hemos podido hacer con un presupuesto de la segunda", es lo que vino a decir Carlos Tena en la presentación de Muera 84. Y la verdad es que era poco, apenas dio para unos scketches que intentaron hilvanar una sucesión de grupos y cantantes seleccionados con inteligencia y sentido de la oportunidad.
Cuestión de presupuesto
Por eso precisamente, porque no había presupuesto, ni otros me dios que unas tijeras y una cinta métrica, todo lo demás debía ser simplemente, profesionalidad y sentido común. Es lo que puso en juego Carlos Tena, que bajo esa imagen de iconoclasta frívolo y modernista oculta un saber enciclopédico sobre música, un acertado espíritu crítico y un claro sentido del espectáculo.El resultado, como es de suponer, no pudo llegar a límites demasiado elevados. Muera 84 respondió con creces a las posibilidades que le ofrecía tan magro presupuesto.Sí, quizás, sobraron las intervenciones de algunas figuras de televisión, presentadores y directores de programas, que hicieron gala de varios y distintos modos de despedir el año en un estilo de indudable cuño 625 líneas, el resto fue más que aceptable.Un hilo conductor simple pero eficaz: las tenebrosas interioridades de un despacho de director de televisión y un apasionante romance entre un realizador más bien torpe, el propio Carlos Tena, y un director de no mayores luces, un Juan de Pablos de irresistible presencia cardenaficia; toda una reflexión sobre la ambivalencia del poder.Una simple pero divertida excusa para visionar una antología de grupos y cantantes españoles desde Aute, Serrat o Ana Belén hasta Glutamato Ye-yé, Golpes Bajos o Coyotes, algo de lo más granado de la música popular que tiene algo que decir.
Música relegada
Pudieron faltar cosas pero no sobró ninguna. El que esta música siga relegada a la segunda cadena, y se utilice, como signo tal vez inconsciente de caducidad, para acabar el año, no tiene ni siquiera la explicación de ser minoritaria. Entre los que intervinieron en Muera 84 se encontraban algunos de los máximos vendedores del país.Tres cuartos de hora después se despidió el año viejo y se recibió al nuevo. En la primera cadena los vivas se alzaron al ritmo de sones verdaderamente antiguos y archisabidos, pero esa es otra historia, en cualquier caso un mal augurio para un año que comienza con los cables cruzados en TVE.
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