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Escasa incidencia del plan de prevención de la delincuencia y la marginación

Amelia Castilla

El plan piloto de prevención de la delincuencia cuya aplicación estaba prevista en los barrios de San Blas, Orcasitas y Pan Bendito, los más afectados de la ciudad por la delincuencia y toxicomanías, "no ha dado ningún resultado práctico", tras seis meses de rodamiento y puesta en marcha, según fuentes vecinales. Juan Torres, presidente del plan, aseguró que en todo este tiempo "lo único que hemos conseguido, tanto las instituciones como las asociaciones de vecinos, es aclararnos un poco y crear la infraestructura necesaria para que el plan pueda funcionar a partir del mes de enero".A finales de abril, el Ayuntamiento, la Comunidad Autónoma y el Gobierno Civil firmaron un convenio para poner en marcha el plan de prevención de la delincuencia y la marginación social en los barrios menos favorecidos socialmente. Se dispuso una partida de 328 millones de pesetas -200 millones el Instituto Nacional de Empleo, 100 la Comunidad Autónoma y 28 el Ayuntamiento-, de los cuales ya se han invertido 228 millones de pesetas, "en crear la infraestructura necesaria para empezar a funcionar", según el presidente del plan.

Los vecinos del barrio de Orcasitas, pioneros en lo que a manifestaciones se refiere para solicitar la puesta en marcha de acciones inmediatas que contribuyeran a bajar los índices de delincuencia y toxicomanías en una de las zonas menos favorecidas socialmente, no han visto, en este tiempo, ni un duro ni un puesto de trabajo", según manifestó Emilio Fernández, presidente de la asociación de vecinos de la Meseta de Orcasitas.

"José María de la Riva, actual coordinador del Grupo Socialista en el Ayuntamiento, utilizó gran parte del dinero destinado al plan a realizar obras de infraestructura que eran necesarias en el distrito de Villaverde, pero que no han beneficiado a nuestro barrio", afirmó.

El presidente de la asociación de la Meseta afirma que "en este tiempo se han realizado diversos estudios sobre delincuencia, toxicomanía y sus causas; se ha comprado maquinaria para poner en marcha talleres ocupacionales, que aún no funcionan; se han contratado hasta 80 técnicos, entre los que se cuentan abogados, psicólogos y asistentes sociales, pero aún no se ha generado ninguna actividad que incida en la reinserción social".

Ocasitas, con una población de más de 50.000 habitantes, originaria de Andalucía y Extremadura en su mayor parte, es uno de los barrios de Madrid con mayor índice de paro, sobre todo en las ramas de la construcción y el metal. Para la gente joven pasar y automarginarse es una obligación y no es extraño que una droga como la heroína, que anula todo tipo de sensaciones, sea tan apreciada en el barrio.

Para el dirigente vecinal, la reinserción debe empezar por la educación "aunque sea a la fuerza, porque aquí es un problema llevar a los niños al colegio. En muchos casos el padre trapichea por ahí con lo que puede y la madre, que se dedica a fregar suelos, se lleva a los niños con ella porque no puede recogerlos a la salida del colegio".

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Fernández considera también que sería necesario, talleres ocupacionales con una proyección de trabajo posterior, una oferta costante de actividades culturales y deportivas, aunque en Orcasitas, para que los niños hagan deporte, "hay que costearles las zapatillas y la camiseta".

La desilusión del dirigente vecinal, que asegura también que "el plan es el único camino para conseguir algo en los barrios", coincide plenamente con la opinión de Juan Torres, presidente del plan. "Los resultados son ridículos", afirmó. "Se han realizado obras fuera de los barrios con mano de obra que no era de los barrios afectados". El problema principal a juicio de Torres ha sido la imposición por parte del del Instituto Nacional de Empleo, organismo que colaboró con 200 millones de pesetas, de los trabajadores que se han empleado.

El presidente del plan considera, sin embargo, que a partir de enero "las cosas pueden empezar a funcionar, tras seis meses de rodamiento en los que no ha faltado la lentitud y las discusiones interminables, que han servido para realizar un trabajo de preparación". Todos desean que las cosas se arreglen. Quedan 100 millones y se espera un nuevo presupuesto.

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