Los principales procesados por contrabando de tabaco niegan dedicarse al tráfico de drogas

Los principales encausados por contrabando de tabaco rubio en Galicia, huidos a Portugal desde hace un año, rechazan cualquier implicación en el tráfico de drogas y en la comisión de otros delitos, como la quema de montes, en los que se ha llegado a sospechar alguna participación de la trama contrabandista. Admiten, no obstante, que esa hipótesis, barajada en algunos medios, ha aumentado su preocupación ante el futuro. En declaraciones a este diario, algunos de los procesados anunciaron su propósito de entregarse próximamente "para colaborar con la justicia española".

Ramiro Rafael Martínez Señoráns, conocido por Ramiro, y Olegario Falcón, conocido por Olegario, requeridos por la justicia, junto con otros siete huidos, como presuntos jefes contrabandistas, hacen especial hincapié, en momentos y lugares distintos, en el norte de Portugal, en desvincular el contrabando de tabaco rubio en las rías gallegas del tráfico de drogas.Son las primeras declaraciones concedidas a la Prensa, sin reservar su identidad, de los principales encausados por el tráfico contrabandista en Galicia.

Estos dos procesados están acusados de dirigir junto con un tercer hombre, José Ramón Prado Sito (actualmente en libertad provisional en Galicia, tras cumplir seis meses de prisión), un grupo organizado al que en las diligencias se denominó Ros, SL, dedicado al contrabando en gran escala en la ría de Arosa.

Ramiro piensa entregarse después de las presentes fiestas navideñas, una vez reunida la previsible fianza de 20 millones de pesetas, pero Olegario Falcón, dispuesto también a dar ese paso, aplazará la entrega. "No puedo en este momento", asegura, "pagar una fianza por esa cuantía".

"Que nos digan cuándo ha aparecido un gramo, un solo gramo, de droga entre tanto alijo", dice Olegario Falcón, que tiene particular interés en rechazar cualquier conexión entre el contrabando de tabaco y el tráfico de drogas. Los entrevistados se muestran muy preocupados por esta imputación y alegan que en más de 300 implicados en el sumario siempre se puede dar algún caso de tráfico de estupefacientes, pero que sería injusto generalizar.