Oficiales de la Marina Mercante española critican a los armadores

"Estamos navegando en condiciones temerarias, y no gozamos de la debida protección por parte de las autoridades competentes en el tráfico marítimo", manifestó ayer un portavoz del Colegio de Oficiales de la Marina Mercante. "Esto es lo que pensamos del caso del Aragón, con independencia de que condenemos la actuación de los paises beligerantes. en el Golfo contra los petroleros".Por su parte, el Sindicato Español de Oficiales de la Marina Mercante (SEOMM) expresó ayer su malestar ante el hecho de que "se antepongan intereses comerciales a la defensa de la vida de los mannos", y pidió al presidente del Gobierno, Felipe González, que se tomen medidas drásticas para impedir que entren en el Golfo buques españoles.

Fuentes del colegio de oficiales indican, además, que la naviera Marfelt, propietaria del superpetrolero Aragón, registra un índice de accidentes muy superior al total nacional,que en 1980 fue el más elevado del mundo, con 70 accidentes marítimos y que en 1983 volvió a tener el triste palmarés, con 201 accidentes.

En el mismo organismo, se recurda el caso del capitán Miguel Celaya, de 54 años, que tuvo el mando del Gibraltar, gemelo del Aragón, hasta que Marflet le rescindió el contrato alegando "falta de confianza", después de que, en julio de 1982, estando ya en el Golfo, se negara a entrar en aguas jurisdicionales iraníes porque 22 de los 34 tripulantes del buque se opusieron a ello. Celaya no ha podído encontrar trabajo desde entonces.

Preguntado por estos despidos, Fernando Salvador, director general de la Marina Mercante, que desaconseja la navegación por las proximidades de la isla iraní de Jarq, comentó: "Los casos de despido qué yo conozco, se han tramitado a través de la Magistratura del Trabajo. No tengo denuncias de otro tipo. De todos modos, el problema de la navegación por el Golfo tiene difícil solución, porque el petróleo que se suministra en esa zona cuesta hasta cinco dólares menos que en otros sitios, y los fletadores obtienen hasta 500 millones de dólares (unos 8.500 millones de pesetas) por fletamento. Si el tráfico no lo hacen los españoles, lo harán navieras de otros países".