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Cargos electos, dirigentes destacados y un sector de las bases del PNV piden a Garaikoetxea que no dimita

Un importante sector de las bases del PNV, avalado por cargos electos y destacados dirigentes del partido, inició ayer una campaña de apoyo a Carlos Garaikoetxea a fin de evitar que presente su dimisión como presidente del Gobierno vasco. Aunque los rumores sobre esta posibilidad se acrecentaban ayer, Carlos Garaikoetxea se limitó a realizar consultas con sus colaboradores y a recibir a los representantes nacionalistas que le pedían que continuase en su cargo. Mientras tanto, la ejecutiva del PNV -que eludió hacer declaraciones- se remite a las conclusiones adoptadas en la asamblea nacional celebrada el sábado.

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Poco después de que trascendiera el aplazamiento de la reunión del Gobierno vasco prevista para hoy martes, a fin de que el propio Carlos Garaikoetxea se tomara un respiro de 24 horas de reflexión, antes de reunirse con los miembros de su Gabinete, un nutrido grupo de cargos electos y dirigentes del Partido Nacionalista Vasco se presentó en Ajuria Enea, la sede presidencial. A mediodía, unas 300 personas quisieron manifestar su apoyo al lendakari porque consideran que las conclusiones de la asamblea nacionalista le habían desautorizado. Esos acuerdos echaban por tierra las tesis del Gobierno vasco sobre la polémica ley de Territorios Históricos, que reparte las competencias entre diputaciones y el Ejecutivo autónomo.El enfrentamiento entre Garaikoetxea y la asamblea del PNV parte de distintas interpretaciones sobre la Ley de Territorios Históricos (LTH) que regula la distribución de las competencias y los recursos económicos entre el Gobierno autónomo vasco y las diputaciones forales. El poderoso sector del PNV, enfrentado a Garaikoetxea defiende que las diputaciones tienen capacidad para intervenir en materias de interés general para la provincia, pese a que las competencias sobre las mismas estén atribuidas en la LTH al Gobierno, también consideran estos grupos que las diputaciones son instituciones extrae statutarias -anteriores e independientes del Estatuto de Guernica- y susceptibles, por tanto, de ejercer las capacidades de intervención administrativa que atribuye la Ley de Régimen local a tales instituciones.

Entre los congregados figuraban destacados dirigentes nacionalistas que ostentan cargos públicos, como los senadores Joseba Azkárraga y Joseba Elósegui, los parlamentarios autonómicos Inmaculada Boneta, Merche Villacián, Sabin Inuaurraga, Begoña Amunarriz y el alcalde de San Sebastián, Ramón Labayen.

Una dura decisión

El alcalde de Vitoria, José Ángel Cuerda, que se encontraba en Madrid, manifestó su adhesión a esa manifestación de apoyo a Carlos Garaikoetxea. Por otra parte, Antón Ormaza, el dirigente vizcaíno que fue expulsado hace ya varios años del partido, junto a otros ex militantes del partido, había manifestado su adhesión al acto.

El presidente del Gobierno vasco, que evitó la presencia de los informadores porque prefería guardar silencio hasta que no comunique su decisión al Gobierno y al Consejo Nacional (máximo órgano ejecutivo del partido) les recibió visiblemente emocionado. Posteriormente, en un acto íntimo, el lendakari manifestó a quienes le acompañaban que iba a tomar "una decisión dura para mí y para vosotros".

La delicada situación en la que ha quedado Garaikoetxea como interlocutor con la oposición o con el mismo Gobierno central, dado que no se considera respaldado por la ejecutiva de su partido, fue sacada a colación por el mismo lendakari. Tras esa reunión, en la que no faltaron las más duras críticas a la inflexibilidad del Consejo Nacional, y en la que algunos dirigentes nacionalistas no pudieron ocultar sus lágrimas, cuatro ex consejeros del Gobierno vasco, que habían trabajado junto a Carlos Garaikoexea en la primera legislatura, acudieron al palacio presidencial para manifestarle también su apoyo.

Los miembros del Gobierno vasco, por su parte, que celebraron ayer numerosas reuniones con sus más íntimos colaboradores, permanecieron en el edificio del Gobierno en Vitoria, a excepción de Luis Retolaza, que se encuentra de viaje.

Los consejeros, que no ocultaban ayer su nerviosismo, intercambiaban impresiones acerca de la posibilidad de que Carlos Garaikoetxea presentara su dimisión; la mayoría de ellos pensaban, acaso con la excepción del vicepresidente, Mario Fernández, que el lendakari no tenía otro remedio que dimitir si la permanencia en su puesto implica someterse a la aplicación de las conclusiones adoptadas en la pasada asamblea de su partido, que son manifiestamente contrarias a las tesis del Gobierno vasco.

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