Disuelta una manifestación dirigida por Walesa
La policía polaca disolvió ayer en Gdansk una manifestación de unas 5.000 personas, encabezada por el premio Nobel de la Paz Lech Walesa, que quería depositar una corona de flores ante el monumento a las víctimas de las matanzas de la costa del Báltico en diciembre de 1970. El aniversario de la declaración de la ley marcial, el pasado jueves, transcurrió sin incidentes en Polonia, pero ayer, por primera vez desde la concesión de la amnistía, el pasado 22 de julio, la policía tuvo que recurrir a las porras y los gases lacrimógenos para dispersar una manifestación en Gdansk.
Unas 10.000 personas se congregaron por la mañana en la iglesia de Santa Brígida, en las proximidades del astillero de Gdansk, cuna del sindicato independiente Solidaridad, para asistir a la misa dominical en la que se conmemoraba el aniversario de los muertos de diciembre de 1970 en la costa del Báltico.En la iglesia estuvieron presentes, entre otros líderes de Solidaridad, Lech Walesa y dos de sus contrincantes en la elección para presidente del sindicato en el congreso de septiembre de 1981, Andrzej Gwiazda y Marian Jurczyk, que quedaron en libertad el pasado verano con motivo de la amnistía.
El párroco de Santa Brígida y padre espiritual de Walesa, Henryk Jankowski, se refirió en su sermón al asesinato del padre Jerzy Popieluszko. Jankowski dijo que la sangre derramada de Popieluszko empezaba a dar frutos, y expresó la esperanza de que su muerte sirviese de base para un diálogo nacional.
Al concluir la misa, unas 5.000 personas salieron en dirección al monumento a los muertos de 1970, situado a unos 500 metros de la iglesia, a la puerta del astillero Lenin. Walesa llevaba una corona de claveles con los colores nacionales, rojo y blanco. Una cinta de la corona decía: "A los mineros caídos. Los presos por motivos ideológicos". Al llegar a un cordón de policía hubo un tira y afloja. Los policías trataron de arrebatar la corona, que cayó y quedó en el suelo. La cabeza de la manifestación regresó entonces hacia la iglesia, y los manifestantes gritaron a los policíai: ¡Asesinos, asesinos!, y ¡Gestapo, Gestapo!. También hubo varías veces gritos de So-li-da-ri dad y No hay libertad sin solidaridad.
Algunos manifestantes lanzaron piedras contra la policía, que respondió con bombas de agua y ga.ses lacrimógenos. Los agentes zarandearon a Walesa, pero no le detuvieron. Gwiazda y Grzegorz Palka, otro de los siete presos de Solidaridad liberados en julio, fueron detenidos.
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