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Un motín en directo

Un motín en la cárcel Modelo encabezado por el Vaquilla movilizó, el pasado 13 de abril, a decenas de informadores hasta los alrededores de la prisión barcelonesa. El Vaquilla y el resto de reclusos de la quinta galería, en la que se entremezclan los reclusos que cumplen algún tipo de sancion con aquellos considerados más peligrosos y los llamados protegidos, tenían una larga lista de reivindicaciones que querían dar a conocer a través de la Prensa.De las reivindicaciones presentadas por los amotinados sobresalían dos: que les fuera suministrada heroína y que pudieran exponer sus quejas a través de una emisora de radio. Una vez cumplido la exigencia de los reclusos de hablar por una emisora, alguien pidió la presencia de el Vaquilla. Momentos después, cuando el Vaquilla se asomó desde una ventana de la Modelo a la calle, otro periodista dio rienda suelta a su malestar por lo que consideraba un agravio comparativo. "Vaquilla, si quieres puedes hablar también para mi emisora". Alguno de los presentes solicitó entonces que el delincuente exigiera a la dirección la posibilidad de hablar para el resto de emisoras. El amotinado no se hizo de rogar.

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La historia de este motín en directo había comenzado aquella misma mañana, cuando el Vaquilla se dirigió, a eso de las 12.30 horas, hacia las duchas de la cárcel. En su mano llevaba lo que parecía ser un inofensivo frasco de champú, pero el funcionario que le acompañaba no pudo reaccionar cuando el Vaquilla sacó un cuchillo del interior del frasco y le amenazó. El funcionario tuvo que entregarle las llaves de todas las celdas de la quinta galería de la Modelo, de las que después fueron saliendo los reclusos considerados como más peligrosos. Los cuatro funcionarios de esa galería fueron reducidos y encerrados en una celda. Había empezado así un motín que duró seis horas y que finalizó en el momento en que los amotinados vieron satisfecho el segundo punto reivindicativo de su plataforma: que se les suministrara heroína.

Polémica por la heroína

La decisión del director de la Modelo, Emili Llàsser, y de Xavier Hernández, director general de Prisiones de la Generalitat, de entregar 2,5 gramos de heroína muy pura y dos jeringuillas a los amotinados para sofocar el motín originó un intercambio de acusaciones entre la Generalitat y el Ministerio de Justicia. Agustí Bassols, conseller de Justicia de la Generalitat, declaró a EL PAÍS dos días después del motín que el Ministerio de Justicia había entregado heroína a el Vaquilla durante otro motín registrado en junio de 1983, extremo que fue negado por Juan José Martínez Zato, director general de Instituciones Penitenciarias.

Posteriormente, el Vaquilla y 10 de los amotinados fueron trasladados a la prisión de Lérida 2, donde Juan Moreno Cuenca protagonizaría su enésimo motín carcelario el 27 del mismo mes de abril, en protesta por su traslado al penal de El Puerto de Santa María. El juez, casi tres meses después del motín, decidió procesar a el Vaquilla y a otros 10 reclusos por un presunto delito de detención ilegal.

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