La competición y el deporte

No puedo por menos que dirigirme a EL PAIS ante la noticia de la retirada del velocista y plusmarquista mundial de 200 metros lisos, el italiano Pietro Menea. Todo un monstruo del deporte mundial dice que se va porque no está de acuerdo con los medios que se emplean hoy con tal de conseguir un récord. "Este no es mi deporte", dice el señor Menea.A mí se me antoja que esta frase lleva un contenido tan importante y tan profundo que por lo menos debería hacer temblar las estructuras del deporte mundial.

Pero no quiero profundizar demasiado en la cuestión, y sí subirme al carro de la realidad para, desde aquí, gritar a los cuatro vientos que el deporte se ha desmadrao.

Conozco personalmente -ya que es alumna mía- el caso de una chica de 14 años, atleta, que ha tenido que dejar la práctica deportiva por culpa de una osteopatía del pubis -aparte de una desviación de columna y otros trastornos musculares-, al parecer debida a un entrenamiento aplicado a una edad demasiado temprana con el que se buscaba una alta especialización deportiva.

Todos conocemos los problemas que tuvo una gimnasta española -de gimnasia rítmica moderna, para más señas- por culpa de la obsesión medalla.

De la violencia, las mentiras y las artimañas que se dan en el fútbol es mejor no hablar.

Todo esto es deporte de alto nivel, y parece que el hombre gusta de este alto nivel. Muy bien. Respetémosle. De acuerdo en que el fin justifique los medios, de acuerdo en sacrificar al hombre para el deporte -cuando parece lógico que debería ser a la inversa, es decir, el deporte para el -hombre., para su beneficio, uso y disfrute- Estamos en un mundo de libertades, y que cada cual haga con su cuerpo lo que le parezca. Pero, por favor, aclaremos de una vez por todas que eso no es formativo, que ese deporte deforma, que ese deporte perjudica, que ese deporte no va en beneficio del practicante, sino, en todo caso, del que pretende organizarlo para sus intereses. Que hay otro deporte que es el que no va a los Juegos Olímpicos ni a los campeonatos del mundo, que es el que se hace en beneficio -que no en perjuicio- del propio cuerpo, que es el que te da libertad de movimiento, que es el que no te obliga más allá de tus límites fisiológicos, que es el que permite la distensión y la evasión, que es el que te pone en contacto con tu propio cuerpo y da vía libre a las mil y una formas de expresión. Por favor, ocupémonos de nuestra juventud enseñándola lo que es bueno y lo que es malo, y que ella sepa los pros y los contras; pero no se lo pintemos todo de rosa haciéndola ver sólo lo bello y emocionante, que es el momento de izar la bandera de nuestro país en un podio olímpico. Gracias.-

. Licenciado en Educación Física.