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La policía registra el despacho del ahogado Salas "en busca de los autores del tiroteo"

Cuatro inspectores de policía, de la comisaría de Tetuán y la Brigada Regional de Policía Judicial, registraron ayer por la tarde el despacho del abogado Fernando Salas, "en busca de dos peligrosos delincuentes comunes, relacionados con el tiroteo de la calle Pensamiento". Iban provistos de un mandamiento del juzgado de guardia, el número 20. En la orden se especificaba que los funcionarios no podían tocar los documentos del despacho.Fernando Salas -uno de los promotores de la manifestación contra la tortura celebrada en Madrid el pasado miércoles, que fue disuelta violentamente por la policía y en la que el mismo Salas recibió varios golpes-, calificó el registro policial como "una provocación". Otro abogado, Cristóbal Cantero, miembro de la Comisión Permanente Contra la Tortura, informó que la familia de Adolfo Barredo, otro de los miembros de la comisión, había recibido varias llamadas telefónicas de una persona que, sin explicar el motivo de sus llamadas, se había identificado como "de la policía".

Según relató ayer Salas, a las 16.45 horas, cuando entraba en el edificio de su despacho, en la calle del Doctor Esquerdo, 22, a notable distancia de la calle Pensamiento, le abordaron cuatro inspectores de paisano. Le dijeron que iban a registrar el bufete en busca de los dos presuntos autores del tiroteo. El registro, con el despacho repleto de empleados y clientes, dió un resultado negativo.

El edificio donde Salas tiene situado su despacho había sido tomado desde primeras horas de la mañana por numerosos efectivos policiales. Registraron algunas de las viviendas, menos el gabinete del abogado, en busca de "dos peligrosos terroristas".

Según el portero de la finca, Ciriaco de las Peñas, sobre las 9.30 horas se había presentado un taxista con el carné de identidad que se le había caido a un cliente al que había trasladado allí. Según el taxista, el pasajero llevaba las manos ensangrentadas. El cliente explicó al taxista que le había explotado una bomba, y que allí vivía su madre.

El portero, que se negó a hacerse cargo del carné, vió sobre las 10 horas como cinco camionetas de Policía Nacional aparcaban frente al portal. Los agentes registraron azoteas, sótanos y algunos pisos, según confirmaron dos de los vecinos.

Horas después de la llegada policial, un funcionario afirmó haber encontrado un rastro de sangre en el botón de stop del ascensor, extremo que niega el portero. La policía llegó a amenazar al portero con detenerle cuando éste se negó a que registraran su piso sin mandamiento judicial.

Tras el incidente de la tarde, Salas telefoneó al delegado del Gobierno en Madrid, José María Rodríguez Colorado, para expresar su enérgica protesta por lo que califica de "intolerable provocación policial". Por la noche Salas, con unos 30 abogados más, denunció los hechos ante el titular del juzgado número 20. Según algunos de los abogados, el juez, al dar el mandamiento -"solicitado por una alta autoridad"- afirmó que no sabía que el edificio estuviera vigilado desde horas antes.

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