Seis personas mueren en el incendio de una casa-cueva
Seis personas, cinco de ellas pertenecientes a la misma familia, fallecieron a primera hora de la madrugada de ayer en el término municipal de Santa Lucía de Tirajana, en la isla de Gran Canaria, tras incendiarse la casa-cueva donde habitaban. Aunque en principio no ha podido ser determinada la causa exacta que originó el fuego, las primeras averiguaciones apuntan a que se propagó al caer una vela encendida sobre material fácilmente inflamable que se encontraba en el recinto habilitado como vivienda.
Las víctimas mortales de este suceso son María Calderín Medina, de 56 años; sus hijos María del Carmen Rodríguez Calderín, de 38; José, de 28, y Susana, de 25, y su nieto Antonio, de siete.La sexta víctima es Pedro Santana Soler, de 48 años, que convivía con María Calderín. Estos dos últimos, según manifestaciones de sus vecinos, eran alcohólicos, y la misma noche en que ocurrió la tragedia fueron vistos en manifiesto estado de embriaguez.
Tres de los hijos de María Calderín que fallecieron en el incendio sufrían diversos grados de retraso mental, hecho que presumiblemente coadyuvó a que el incipiente incendio provocado en la cueva acabara con la vida de todos los que se encontraban dentro, ya que mientras los mayores estaban ebrios, los otros apenas pudieron valerse por sí mismos para escapar de las llamas.
Al parecer, todas las víctimas del suceso estaban durmiendo cuando comenzó el fuego.
Muerte por asfixia
De todas formas, la muerte le sobrevino a la mayoría por asfixia debido a la densa humareda que se formó dentro de la cueva, ya que, según señalaron los equipos de socorro que intervinieron en las tareas de rescate, las quemaduras sufridas por las víctimas no fueron muchas."Con el humo irrespirable perdieron el conocimiento y murieron inconscientemente", dijeron fuentes de la Cruz Roja y de la Guardia Civil.
En la citada casa-cueva siniestrada vivían malamente nueve personas, dos de las cuales pudieron salvar la vida al alcanzar la puerta de salida, mientras que una tercera no se encontraba en el lugar del suceso cuando se produjo el fuego.
Todas las personas, excepto Pedro Santana, pertenecían a la misma familia, la cual vivía indigentemente y en condiciones higiénico-sanitarias tercermundistas.
Cuando llegaron los equipos de socorro al lugar del siniestro, aún se hallaban con vida Pedro Santana y el niño Antonio Rodríguez Calderín, que fueron trasladados urgentemente al ambulatorio de la Seguridad Social de Vecindario (Santa Lucía de Tirajana), pero fallecieron durante el trayecto que recorrió la ambulancia.
Ambos fueron encontrados debajo de una de las camas de la chabola, donde intentaron salvaguardarse desesperadamente del fuego y del humo.
Tardaron los bomberos
Testigos presenciales del suceso aseguraron que los bomberos tardaron en llegar una hora después de que se originase el incendio. "Todo ocurrió en un instante", afirmó uno de los testigos de la tragedia. "En 10 minutos", añadió, "toda la chabola se vio envuelta en llamas. Fue horrible. En un momento nos reunimos allí todos los vecinos".Los bomberos de Maspalomas (San Bartolomé de Tirajana), un municipio del sur de la isla cercano a Santa Lucía de Tirajana, tardaron dos horas en extinguir el incendio.
Una hora después, el juez ordenaba el levantamiento de los cadáveres, y en la mañana de ayer se les practicó las respectivas autopsias en el Instituto Anatómico Forense.
Chabola de madera
La chabola incendiada estaba construida en una cueva a base de madera, telas metálicas y latas. Al parecer, según los equipos de socorro y algunos vecinos, las víctimas pudieron salir de la cueva cuando ésta ardió, pero con el humo y la confusión volvieron a entrar.De esta forma dramática perdieron la vida seis de las ocho personas que estaban dentro, ya que las hermanas Estrella y María del Pino Rodríguez Calderín pudieron escapar de una muerte casi segura.
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