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Los militantes del PNV delegarán en la dirección la solución de la crisis

Los nacionalistas vascos culminan hoy su debate interno en torno a las diferencias suscitadas entre el Gobierno vasco y las diputaciones, en un clima de manifiesta crispación. Los militantes del PNV volverán a celebrar mañana una asamblea extraordinaria, en la que deberán decidirse por uno de los dos documentos elaborados por las dos partes en litigio. Sin embargo, todo parece indicar que los militantes del PNV, a excepción de los de Guipúzcoa, que prestan su incondicional apoyo a las tesis de Carlos Garaikoetxea, delegarán en la ejecutiva del partido la resolución final de su crisis.

Tras el incumplimiento por ambas partes del pacto de silencio que se acordó en la asamblea nacionalista que se celebró hace 15 días, los enfrentamientos verbales entre cualificados representantes del PNV han alcanzado las cotas más agrias, cuando tan sólo faltan 24 horas para que los nacionalistas celebren la asamblea que tanta expectación ha suscitado. La presentación de unas recientes declaraciones del consejero Ángel Larrañaga ante el tribunal nacional, la queja de una asamblea vizcaína en torno a la utilización de la figura del fundador del PNV, Sabino Arana, por parte del cualificado dirigente Xabin de Zubiri, defensor de Garaikoetxea, son dos ejemplos de la crispación vivida en el seno del PNV.

Sin solución intermedia

Los dos documentos que contienen las tesis del Gobierno vasco y de las diputaciones, respectivamente, no han encontrado una fórmula intermedia capaz de unificar criterios entre ambas partes. El Gobierno vasco, en su documento, reconoce -y en este punto Garaikoetxea ha cedido de sus posiciones iniciales- la capacidad de las diputaciones para ejercer competencias aunque no le correspondan, siempre que el Gobierno pueda decidir sobre la delegación de cada traspaso.

Las diputaciones reivindican en su texto, su capacidad de actuar ante un "estado de necesidad territorial" e intervenir en cualquier competencia sin tener que depender de la decisión del Gobierno.

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Un hecho que la ejecutiva ya no oculta es que la organización del partido sufre una grave división. Por ello, mañana intentará someter a votación un documento que recoge una presunta tercera vía, que no es otra cosa que la petición a las bases de que deleguen su decisión en la ejecutiva del partido. Mientras en Álava y Guipúzcoa las cartas ya están echadas -los alaveses, a favor de las diputaciones y los guipuzcoanos, a favor del Gobierno vasco-, la atención se centra en Vizcaya que, hasta ahora, ha sido fiel seguidora de las directrices del aparato del PNV.

Los datos ofrecidos ayer por las fuentes oficiales no coincidían con las versiones facilitadas por los simpatizantes de Carlos Garaikoetxea. Sin embargo, aunque el resultado de la asamblea más importante de la provincia (Abando, con 1.500 afiliados) reflejaba un apoyo mayoritario a las tesis de Carlos Garaikoetxea, todos coinciden en reconocer la posibilidad de que la mayoría de las juntas vizcaínas opten en la asamblea de mañana por delegar en Euskadi Buru Batzar la decisión final sobre la crisis del partido.

Así las cosas, la dirección del PNV podría salir muy perjudicada de esta asamblea, ya que, incapaz de haber logrado un acuerdo entre el Gobierno vasco y las diputaciones, tan solo conseguirá que los militantes nacionalistas se atengan a los resultados de las votaciones mayoritarias.

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