El Gobierno mantendrá el actual mando militar, aunque dos de sus integrantes debían pasar en breve a la situación B

El Gobierno mantendrá en sus puestos a los miembros de la Junta de Jefes de Estado Mayor (JUJEM), aunque dos de sus miembros -el jefe del Estado Mayor de la Defensa, almirante Ángel Liberal, y el jefe del Ejército de Tierra, teniente general José María Sáenz de Tejada- tendrían que pasar a la situación B en los próximos meses de febrero y enero, respectivamente. Esto es posible merced al decreto-ley aprobado ayer por el Consejo de Ministros por el que los miembros de la JUJEM no pasarán a la situación B mientras permanezcan en sus puestos, en los que podrán estar un máximo de cuatro años. El Consejo aprobó ayer también el proyecto de ley de régimen disciplinario de los ejércitos.

El decreto-ley -que modifica el artículo 5 de la ley de reserva activa, y deberá ser ratificado por el Congreso- tiene por objeto, según explicó el portavoz del Gobierno, Eduardo Sotillos, evitar que los más altos mandos militares tengan un plazo escaso para realizar su labor, por imperativo de la edad, y que se pierda coordinación entre el equipo de mando al cesar alguno de sus miembros. Fuentes de Defensa indicaron que se trata de conseguir una continuidad en las amplias reformas militares iniciadas en los últimos meses.El Ejecutivo ya utilizó una fórmula similar el pasado mes de noviembre, cuando decidió mantener como director general de la Guardia Civil al teniente general José Antonio Sáenz de Santa María, a pesar de que ya había cumplido la edad reglamentaria para pasar a la citada situación B, hecho que, hasta ahora, suponía automáticamente para todo militar el final de su situación de actividad en las Fuerzas Armadas, informa Carlos Yárnoz.

Mediante la nueva normativa en esta materia con respecto a la JUJEM, el Gobierno, y especialmente el ministro de Defensa, tendrá más libertad de maniobra para decidir con qué generales o almirantes desea contar en los más elevados cargos de la cadena de mando militar, con independencia del momento en que les corresponda pasar a la situación B. Sólo hace cuatro meses, por ejemplo, el titular de Defensa, Narcís Serra, llegó a comentar a varios periodistas que era "una auténtica lástima" que el actual jefe del Estado Mayor del Ejército, teniente general José María Sáenz de Tejada, pasara tan pronto a la situación B.

En este caso concreto, fuentes militares han señalado que, probablemente, en la decisión del Ejecutivo ha influido el hecho de que, en la actualidad, todavía quedan en el Ejército de Tierra varios capitanes generales de los que participaron en la guerra civil española que mantienen una cierta fuerza moral sobre los jefes militares de la primera promoción de la Academia General Militar que no participaron en el conflicto armado y ya están accediendo al máximo escalón de la carrera militar.

En principio, Sáenz de Tejada tendría que haber sido sustituido por un teniente general al que le restaran varios años de actividad y, por tanto, tendría que haber sido seleccionado uno de los pertenecientes a la primera promoción. El hecho de que al mando del Ejército hubiera estado un general de esas características, que habría tenido que mandar a compañeros con más prestigio teórico por haber participado en la guerra, ha influido en la decisión del Ejecutivo, según aseguran en Defensa.

En principio, las previsiones existentes para la sustitución de la actual JUJEM apuntaban hasta ahora sobre el teniente general José Santos Peralba como sustituto del almirante Liberal, y sobre el teniente general Fernando Gautier como sustituto de Sáenz de Tejada. El primero es hoy jefe del Estado Mayor del Ejército del Aire, y el segundo es capitán general de la II Región Militar (Sevilla), que incluye ahora toda la comunidad andaluza.

Tanto la medida adoptada el pasado mes respecto al general Sáenz de Santa María como la actual supondrá inmediatamente una clara reducción de las posibilidades de ascenso a los puestos militares más elevados para los jefes de los tres ejércitos y, especialmente, del Ejército de Tierra, ya que el director general de la Guardia Civil es siempre un general de Tierra. Por este motivo, en el Ministerio de Defensa se comentaba ayer que, muy probablemente, la nueva medida no es defagrado de los generales del Ejército.

Régimen disciplinario

El Consejo aprobó también ayer el proyecto de ley orgánica de Régimen Disciplinario de las Fuerzas Armadas, que entre otras cosas prevé la posibilidad de separación del servicio -expulsión- de los militares profesionales que cometan faltas de extraordinaria gravedad. Esta sanción podrá ser recurrida ante el Tribunal Supremo. El procedimiento para faltas graves será por escrito, y se nombrará un instructor para el caso.El proyecto reduce el alcance de los correctivos de privación de libertad por falta grave a un máximo de tres meses de arresto -actualmente es seis meses-y establece que los sancionados por faltas tendrán las mismas garantías que los encausados por delitos. Se establecen una serie de faltas que son consideradas y otro grupo de faltas graves. Entre estas últimas están "el emitir o tolerar manifiesta y públicamente actos irrespetuosos" contra la Constitución, la bandera, el escudo, el himno nacional u otros símbolos, así como el Rey, el Gobierno, el ministro de Defensa y las demás autoridades militares y civiles. Se suprimen las sanciones degradantes como destino a cuerpo disciplinario y recargo de servicios mecánicos.