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Uno de los hombres con más poder de Irán cesa en la dirección de la prisión de Teherán

Asadola Lajevardi, de 49 años, director de la prisión teheraní de Evín y, por ello, uno de los hombres con más poder de Irán, ha cesado en este cargo tras una reciente reestructuración del sistema carcelario, según fuentes iraníes solventes. Los jefes de las prisiones de Chiraz, Tabriz, y Ahwaz también han sido relevados, según anunció el hoyatoleslam Mogtadal, jefe de un organismo supervisor carcelario recién creado. Consultada, la agencia oficial iraní Irna ni confirmó ni desmintió el cese. Su destitución sigue al ascenso de las protestas contra los efectos de la guerra y del malestar entre los Guardianes Revolucionarios (pasdarán).

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Malestar creciente

El cese de Lajevardi se interpreta políticamente como un intento de cambio de imagen por parte del régimen islámico iraní, duramente criticado por el trato dado a los prisioneros políticos, cifrados en 40.000 por la oposición y en menos de 8.000 por el régimen.Del mismo modo, se cree que implica un retroceso de la fracción hodjatieh, muy poderosa dentro del régimen, que encabeza Sheik Halabi.

Lajevardi, carpintero de profesión, a quien algunos sectores consideraban hasta ahora como el verdadero número dos del régimen iraní, conserva su cargo de jefe de la Fiscalía de Teherán. Pese a su sustitución, Lajevardi ha pedido continuar domiciliado en la prisión de Evín, a cuya jefatura llegó en 1981, tras el asesinato del anterior director, Mohamad Katchoui, a manos de un guardián revolucionario vinculado a la organización armada antijomeinista Muyaidin Jalq.

Fuentes de esta organización de oposición, que dirige desde París Masud Radjavi y desde el interior de Irán Alí Zarkesch y Alí Attarian, han publicado recientemente una lista de 10.231 personas simpatizantes o militantes de su movimiento que, según el informe, han sido ejecutadas en cárceles tras juicios sumarísimos sin defensa o bajo la tortura, fundamentalmente en la prisión de Evín.

En esta lista se encuentran tres hijos del ayatollah Mohamed Gilani, juez religioso de la prisión de Evín y compañero de Lajevardi.

Los Muyaidin Jalq, que califican de "reaccionario, sanguinario y oscurantista" al régimen de Jomeini, publicaron en marzo de 1984 una lista de 1.202 funcionarios de prisiones acusados de práctica sistemática de la tortura, entre los que se hallaba el propio Asadollah Lajevardi.

Por su parte, el régimen del imam Jomeini califica de "imperialista contrarrevolucionaria" a la organización opositora Muyaidín Jalq, dotada de una sorprendente capacidad para infiltrarse en el régimen islámico. Desde el año 1981 se ha responsabilizado de haber dado muerte a centenares de dignatarios iraníes, entre otros los ayatollahs Bejesti, Saduqhi, Dashtghaib, Ashrafi y Madani, así como al presidente Alí Rayal, y al primer ministro Mohamed Bahonar, cuatro ministros, numerosos parlamentarios, jefes militares, pasdaranes y funcionarios.

Según dijo recientemente en Teherán el propio Lajevardi, la cárcel de Evín "ha sido transformada en un centro de reeducación islámica, donde los delincuentes y los monafequin (hipócritas, denominación aplicada a los muyaidin), reconocen sus pecados y regresan al Islam".

Simulacros de fusilamiento

La cárcel teheraní de Evín fue escenario la semana pasada de repetidos simulacros de fusilamientos contra el secretario general del Partido Popular de Irán (Tudeh, comunista), Nureddin Kianuri, de 73 años, y siete de los dirigentes de este partido, el vicesecretario Yavanshihr; Saber Mohamedzadeh; Reza Saltuqui y Abbas Hejagarey, del Politburó; Alí Razadi; Anoushirvan Ebrahimi, responsable para el Aserbaiyán y Alí Kholavis, responsable del Kurdistán.El hojatoleslam Mogtadai, responsable del sistema de supervisión carcelario creado en Teherán recientemente, anunció que el juicio público contra los encarcelados dirigentes del Tudeh ha quedado aplazado, ya que continúa la investigación en torno a ellos y hay nuevos datos.

Los dirigentes comunistas permanecen detenidos desde la primavera de 1983.

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