Un artista jóven llamado Zabaleta
Bajo la dirección de García Navarro, la Orquesta de RTVE, con la intervención del arpista Nicanor Zabaleta, hizo un concierto excelente: brillante, vivo, lúcido, superexpresivo y de gran comunicatividad.Zabaleta protagonizó, con exactitud mecánica y musicalidad de alta categoría, el Concierto para arpa y orquesta, que él mismo estrenara en Filadelfia, en 1956, y en Madrid, 1971. El triunfo fue grande y justificado, pues Zabaleta tocó como un artista joven, quizá porque, al igual que otros de su generación y de la anterior -Casals, Rubinstein, Segovia, Mompou-, más que cumplir años almacena juventudes.
García Navarro, cuya obertura de La gazza ladra ya arrancó del público de los jueves una larga ovación, colaboró con el solista de manera ejemplar, situando a la orquesta en su papel coprincipal que Ginastera le dio, haciendo brillar la riqueza colorista, la gracia rítmica o la expresividad poética de una página que se mueve entre esos tres supuestos.
La Patética, de Chaikovski, que sustituyó a la anunciada Quinta, de Mahler, autor al que se dedicaban estos días las dos orquestas de Madrid, la de Barcelona y la de Valencia, encontró una versión encendida y, al mismo tiempo, libre de todo exceso: densa sonoramente, de gran aliento en su continuidad, con buen movimiento de las dinámicas y claro fraseo.