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DOS AÑOS DE GOBIERNO SOCIALISTA

Vestirse de ministro

, En el atuendo del Gabinete son las pajaritas de Fernando Morán, el traje de pana marrón de Alfonso Guerra o los pantalones eternamente de pana de Carlos Romero los elementos que más se han transformado o reducido, aunque no deja de ser defraudante que, el día en que se le pregunta al ministro de Asuntos Exteriores sobre su incremento en el uso de la tradicional corbata, vaya justamente con un elegantísimo lazo de pequeños lunares. Guerra ha aparecido en alguna ocasión con alguna otra pana menos maltratada, que él llama "traje de guardabosques".Dice un miembro del Gobierno que "puede que Morán lleve la pajarita por influencia de Cheysson". Lo cierto es que Fernando Morán no ha llevado la pajarita siempre, "sino de cuando en cuando, como me la sigo poniendo, porque no son fáciles de encontrar". Esta reflexión, que hizo ya en un programa televisivo, llevó a dos camiserías de Madrid a mandarle 40 o 50, y ahora, dice, "tengo kilos de pajaritas".

Es Tomás de la Quadra el ministro que más trajes confiesa -"me hago unos tres de invierno y otros tantos de verano al año, y tengo cuadruplicada o quintuplicada la vestimenta" desde que el Gabinete se ha visto obligado a vestir el cargo. Esta coquetería del titular de Administración Territorial, se guida de cerca por la del de Defensa -"me hago uno de invierno y otro de verano serios, de vestir, y otros tantos normales"-, contrasta con la sobriedad indumentaria del responsable de Trabajo, Joaquín Almunia, quien dice que "este traje que llevo me lo compré para la toma de posesión. Tenía otro azul, que era el de la boda, pero se me había quedado estrecho. También me tuve que comprar un abrigo, porque antes llevaba trenca, como los progres de hace unos años, pero está mal vista para un ministro".

Hay ministros que no han variado demasiado en su forma de vestir, mientras Solana "era antes más descorbatado y de jersey" y Barón "rnás desastrado".

Ernest Lluch va hoy "mudado, porque vienen los ministros de Contadora y vamos a ver al presidente, aunque antes, de cuando en cuando, también me ponía un traje de comer macarrones, como decimos en Cataluña". Lo que no usa es frac, "y no soy el único; creo que el vicepresidente tampoco se lo pone. Busco soluciones educadas".

Serra se ha hecho un frac y Morán se lo ha comprado. "He sido un diplomático sin frac, pero con uniforme, que nos obligaban a hacernos de una manera idiota, y ahora se lo he regalado a mi hijo. Para hacerte el uniforme te daban un préstamo, llamado el ataúd, porque era el dinero del entierro si morías en el extranjero".

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