Francia mantiene un "vestigio colonial", según el ministro de Exteriores australiano

El ministro de Asuntos Exteriores australiano, Bill Hayden, fue duramente criticado ayer por la oposición liberal por las declaraciones que efectuó el martes sobre la situación existente en el vecino territorio francés de Nueva Caledonia. Los liberales han acusado a Hayden de que es el responsable de un deterioro de las relaciones con Francia.Hayden, por su parte, reiteró ayer sus declaraciones al afirmar que Nueva Caledonia constituye "uno de los últimos vestigios del colonialismo en el Pacífico sur" y que el Gobierno francés debería establecer unas negociaciones serias con todos los partidos políticos del archipiélago con el fin de lograr una solución aceptable para toda la comunidad de esta zona.

El Gobierno australiano intentó ayer minimizar el hecho de que el ministerio de Asuntos Exteriores francés convocó el miércoles a su embajador de Canberra en París para manifestarle su sorpresa ante las opiniones de Hayden y manifestarle que la situación existente en Nueva Caledonia constituye "un asunto que incumbe a la soberanía francesa".

Por otra parte, continúa la campaña electoral en Australia, que culminará con las elecciones de mañana. Un debate televisado entre el primer ministro, el laborista Bob Hawke, y el líder de la oposición, Andrew Peacock, ha arrojado más interés en la última semana de la campaña electoral australiana que las tediosas siete semanas anteriores.

La novedad no estuvo en lo que dijeron los políticos durante el debate, sino en la reacción del público, que ha concedido una clara victoria al líder de la oposición por un margen que oscila entre 5 y 14 puntos, según los sondeos, informa en Sidney Francesc Cusí.

A pesar del fracaso del primer ministro, en cuya popularidad y figura han basado los laboristas su campaña, parece difícil a estas alturas que los liberales puedan evitar la derrota. La diferencia en las encuestas de opinión es demasiado grande como para borrarla en el poco tiempo que falta para las elecciones. Pero lo que sí podrían conseguir los liberales es una derrota por puntos y no por K.O., como la que se pronosticaba hace escasas fechas.