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El capitán general de Cataluña amnistía finalmente al ex anarquista Solé

El capitán general accidental de la IV Región Militar, el gobernador militar de Lérida Javier Planas Corsini, amnistió ayer a Jordi Soli Sugranyes de todos los delitos que cometió cuando militaba en la organización anarquista Movimiento Ibérico de Liberación (MIL). Planas Corsini adoptó esta decisión después de recibir un informe del teniente coronel auditor del juzgado militar en el que se reconsideraba la situación jurídica del ex anarquista e informaba favorablemente para que le fuera aplicada, sin ninguna restricción, la ley de Amnistía de septiembre de 1977.Solé Sugranyes abandonó ayer, pocos minutos después de las seis de la tarde, la cárcel Modelo de Barcelona, cumplimentándose así una orden firmada horas antes por la autoridad militar. El ex militante libertario, al que no le esperaba ningún familiar o amigo en la puerta de la prisión, se dirigió a un bar, desde donde telefoneó a sus familiares y a su abogado defensor, Víctor Sen.

El incidente judicial protagonizado por Jordi Solé Sugranyes se inició el pasado viernes (véase EL PAIS de ayer), cuando la autoridad militar decidió negarle la amnistía, por un atraco cometido antes del año 1973, al considerar que se había producido derramamiento de sangre. Solé Sugranyes estaba recluido en prisión por un presunto delito común e iba a abandonar la cárcel barcelonesa, con libertad provisional, el pasado viernes cuando fue informado de que seguía reclamado por la autoridad judicial militar por aquel hecho. El abogado defensor presentó una protesta ante el juzgado militar de Barcelona y pidió la colaboración del Defensor del Pueblo y de su homólogo en Cataluña, el Síndic de Greuges, al tiempo que planteaba un procedimiento de hábeas corpus.

A las 10 de la mañana de ayer, el abogado defensor, Víctor Sen, fue citado en el juzgado militar, donde se le comunicó la decisión de desestimar el procedimiento de hábeas corpus -el primero que se presenta ante la autoridad militar- por considerar que la detención de Jordi Solé Sugranyes quedaba totalmente justificada y razonada en el sumario seguido contra él y otros militantes del MIL en 1974. A continuación, el teniente coronel auditor comunicó al abogado que había estudiado nuevamente el caso y que había llegado a la conclusión de que debía aplicársele al detenido la amnistía de 1977 y que de ello había informado al capitán general accidental de Cataluña.

En medios jurídicos se insinuaba ayer la posibilidad de que el error se hubiera producido involuntariamente, al aplicar el juez militar la ley de Amnistía de 30 de julio de 1976, que era parcial y en la que no se exculpaban los delitos de sangre. Al parecer, el instructor se olvidó de que existía una ley posterior, dictada en septiembre de 1977, en la que se llenaban las lagunas observadas en el anterior ordenamiento.

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