Las Fuerzas Armadas y el dictador

Innumerables veces hemos oído y leído en los medios de comunicación declaraciones de altos jefes militares, e incluso de figuras del Gobierno, en las que se pone de manifiesto el alto espíritu democrático y del acatamiento a la Constitución de nuestras Fuerzas Armadas y la negación de la existencia de cualquier sentimiento nostálgico en su seno.Nosotros, los ciudadanos, aun sabiendo que un simple cambio de Gobierno no es suficiente para producir un cambio en el pensamiento o ideología (si se puede utilizar alguno de estos dos términos) de las Fuerzas Armadas, haciendo alarde de buena voluntad, hemos intentado creerlo.

Sin embargo, cuando el 20-N vemos ondear en el centro de Zaragoza la bandera de Capitanía a media asta, sin otro posible dolor que la muerte del dictador, es lógico que nos preguntemos si estas afirmaciones tienen algún valor, pues, como se ha dicho siempre, contra hechos no hay palabras.

Es éste un hecho grave, burla de las instituciones democráticas, y que sólo contribuye al descrédito del Ejército, dando la razón a la sociedad en sus reticencias ante el mismo y a los objetores de conciencia en la petición de una objeción de índole política ante la visión de un Ejército no democrático.- y 25 firmas más.